Funcionarios de seguridad advierten que grupos terroristas utilizan el crimen organizado en la comunidad árabe de Israel.
Advierten sobre uso de crimen organizado por grupos terroristas
Los ministros del gobierno israelí fueron advertidos por funcionarios de seguridad sobre los intentos de grupos terroristas de utilizar organizaciones criminales dentro de la comunidad árabe de Israel para ejecutar ataques nacionalistas. Esta advertencia se basa en la proliferación de armas ilegales, considerada una amenaza significativa para la seguridad nacional, según reportó el diario Haaretz el domingo.
De acuerdo con fuentes anónimas citadas por el medio, grupos terroristas extranjeros ya han intentado dirigir estos ataques, a menudo sin que las organizaciones criminales locales sean conscientes de que están operando bajo la influencia de los terroristas. Aunque el informe no detalló incidentes específicos, los funcionarios destacaron la continua incapacidad para controlar una ola sin precedentes de violencia en la comunidad árabe, junto con el aumento de armas ilegales.
En las reuniones, que contaron con la presencia del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, se subrayó que las organizaciones criminales representan una amenaza estratégica para la seguridad nacional. Los ministros fueron informados de que el Estado se encuentra cerca de un punto crítico en su capacidad para manejar este fenómeno. Un alto funcionario de seguridad comentó que “las entidades terroristas se aprovechan de la plataforma que crea el crimen”, y añadió que para muchos ciudadanos árabes, la autoridad no es el gobierno, sino los grupos criminales.
Incremento de armas ilegales en la comunidad árabe israelí
Se estima que hay cientos de miles de armas en la comunidad árabe, muchas de alta calidad, con precios a la baja debido a la afluencia de armamento resultante de la guerra contra el grupo terrorista Hamás en la Franja de Gaza. Esta guerra, desencadenada por el ataque de Hamás el 7 de octubre, en el que asesinaron alrededor de 1.200 personas, ha llevado a una gran movilización de reservistas del ejército y a operaciones masivas en Gaza con la participación de decenas de miles de tropas de combate.
Según el informe, los servicios de seguridad han detectado una fuga constante de armas de las unidades de combate de las FDI hacia grupos criminales en los últimos meses, incluidas armas antitanque y sistemas avanzados de lanzamiento de hombro, como el Matador, de producción local. Un alto funcionario policial explicó a Haaretz que “el mercado está desbordado debido a la guerra”, lo que ha llevado a un uso creciente de armas más letales en el ámbito criminal.
Ante esta situación, el servicio de seguridad Shin Bet está promoviendo una legislación que imponga penas mínimas severas para quienes sean encontrados en posesión de armas ilegales. Un alto funcionario del servicio sugirió penas de entre ocho y diez años de prisión, esperando que esto actúe como un elemento disuasorio o incluso incentive a algunos a devolver las armas robadas.
Propuesta de ley para endurecer penas por posesión de armas ilegales
La propuesta de endurecimiento de las penas ya ha sido enviada al Ministerio de Justicia para su preparación como proyecto de ley, y algunos ministros han expresado su apoyo a la misma. En 2021, se modificó la ley para exigir que los tribunales impongan al menos una cuarta parte de la pena máxima por delitos relacionados con armas, en respuesta a un fuerte aumento de los delitos violentos en la comunidad árabe.
La advertencia a los ministros se produce en medio de un incremento significativo de los delitos violentos, con 26 homicidios reportados solo en julio y un total de 134 muertes desde principios de año, en comparación con 138 homicidios en todo el año 2023. Esta tendencia alarmante ha generado preocupación entre las autoridades y la comunidad en general.
Durante una reciente reunión del Comité Ministerial para Asuntos de la Comunidad Árabe, se discutió cómo los grupos del crimen organizado están operando una especie de “gobierno en la sombra” en estas comunidades, incluyendo la gestión de un mercado gris y la aplicación de su propio sistema de justicia.