El ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, declaró el miércoles que se había descubierto un plan de fuga elaborado por terroristas presos en la prisión de Ofer, a las afueras de Jerusalén.
El plan escrito a mano estaba relacionado con siete terroristas del grupo terrorista Hamás, según informan los medios de comunicación en lengua hebrea.
Barlev hizo la revelación del descubrimiento del plan mientras declaraba ante un comité que investiga la fuga de seis terroristas el año pasado de la prisión de Gilboa, en el norte de Israel.
“Tengo entendido que esto fue una gran sorpresa para el Servicio Penitenciario de Israel”, dijo Barlev.
En respuesta a los comentarios de Barlev, el Servicio Penitenciario de Israel dijo que durante un registro realizado el lunes, se encontró un plan que detallaba las disposiciones de seguridad en el centro, escondido en una celda de la prisión.
Los presos implicados fueron separados inmediatamente y puestos en aislamiento en un ala de alta seguridad, dijo el IPS.
Barlev hablaba ante un comité que investiga la audaz fuga del pasado mes de septiembre de la prisión de Gilboa, que terminó con la captura de todos los reclusos fugados en unas dos semanas, y que ha sido considerada como un gran fracaso y una vergüenza para el Servicio Penitenciario.
“Estaba claro que había indicios de graves deficiencias”, dijo Barlev. “En las primeras horas me quedó claro que había habido un intento de fuga [anterior] en 2014, que toda la prisión estaba construida sobre pilotes y que los planos de la prisión estaban en línea”.
“Estaba claro que la excavación no se había producido en cuestión de días y que había habido un fallo de inteligencia. Y en cuanto a la fuga en sí, estaba claro que hubo un fallo operativo ante la gravedad del asunto”, dijo Barlev.
Al parecer, los presos excavaron un túnel durante meses antes de la fuga, utilizando chapas, manillas, escombros de edificios y parte de una percha metálica.
Barlev también describió al IPS como atrasado y tecnológicamente inepto, e incapaz de investigar sus propios fallos.
“Está claro que una organización que [todavía] trabaja con lápiz y papel es una organización que no puede avanzar y tiene cero capacidad de autoinvestigación”, acusó.
La semana pasada, el predecesor de Barlev, Amir Ohana, del Likud, que fue ministro de Seguridad Pública desde mayo de 2020 hasta junio de 2021, dijo que el servicio penitenciario, “en términos de cultura organizativa, tiene dificultades para decir la verdad”.
La fuga puso al descubierto una serie de fallos en la prisión, entre ellos no haber aprendido las lecciones de anteriores intentos de fuga y varios errores operativos, como torres de vigilancia sin personal y guardias dormidos.
Cinco de los seis reclusos que se fugaron eran miembros del grupo terrorista Jihad Islámica, junto con el conocido terrorista de Al Fatah Zakaria Zubeidi. Varios de ellos habían sido condenados por delitos capitales y estaban cumpliendo cadena perpetua.