Gadi Mozes fue secuestrado por Hamás en la Franja de Gaza y, durante su cautiverio, sus captores le aseguraron que su pareja le había enviado saludos. Más tarde descubrió que ella había sido asesinada el mismo día de su captura.
Su nuera, Einav Mozes-Aurbach, calificó este engaño como parte del tormento psicológico al que fue sometido el hombre de 80 años a lo largo de casi 16 meses de encierro.
En una entrevista publicada el miércoles, Mozes-Aurbach relató las duras condiciones que enfrentó Mozes y cómo logró sobrellevar la situación a pesar de todo.
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El 7 de octubre de 2023, Mozes y seis de sus familiares fueron secuestrados en el kibutz Nir Oz cuando miles de terroristas de Hamás irrumpieron en el sur de Israel. Aproximadamente 1.200 personas fueron asesinadas y 251 fueron tomadas como rehenes, provocando el inicio de la guerra en Gaza.
Mozes pasó 70 días en completo aislamiento dentro de una habitación oscura. Aunque fue trasladado entre distintos apartamentos, nunca estuvo retenido en los túneles como otros cautivos.
Hasta los últimos días de su encierro, no tuvo contacto con ningún otro rehén. Ocasionalmente, sus captores le permitieron ver noticias de Israel, donde pudo enterarse de manifestaciones que exigían el regreso de los secuestrados. Según Mozes-Aurbach, esto le dio algo de consuelo.
Al principio, los terroristas le dijeron que su pareja, Efrat Katz, le enviaba saludos. Sin embargo, al ver una transmisión, descubrió que ella había sido asesinada el 7 de octubre.
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«Fue devastador para él», expresó Mozes-Aurbach. «Entendió que no podía confiar en nada de lo que le decían».
Tras su secuestro, Mozes quedó en estado de conmoción. «No comprendía cómo el país y el ejército habían abandonado a los ciudadanos», afirmó su nuera.
Mientras estuvo cautivo, los ataques israelíes contra Hamás hicieron que las ventanas de los apartamentos donde lo retenían se rompieran en más de una ocasión.
«El aislamiento total fue terrible, lo peor de todo», señaló Mozes-Aurbach. «Los otros rehenes que estuvieron juntos se apoyaban entre sí, pero él tuvo que sobrellevarlo solo».
Desde su liberación, busca constantemente reunirse con amigos. «Necesita contacto humano», explicó su nuera. «Siempre dice que tiene sed de diálogo y calidez».
Con un nivel básico de árabe, intentó comunicarse con sus captores, pero muchas veces fue ignorado. En varias ocasiones, creyó que lo matarían. «Algunas veces fue por malentendidos, pero otras, sus secuestradores lo hicieron sentir que su final había llegado».
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Mozes-Aurbach describió su experiencia como «terrible, con hambre constante, condiciones precarias y terror psicológico». Apenas recibía alimento, a veces solo pan pita seco con humus, y en ocasiones pasaba hasta 24 horas sin comer.
Para mantener la cordura, realizaba ejercicios mentales, hablaba solo y caminaba dentro del pequeño espacio donde estaba retenido. Se ha informado que recorría hasta siete kilómetros diarios al desplazarse de un lado a otro dentro de su confinamiento.
«Cada vez que la desesperación lo invadía, se ponía de pie y comenzaba a caminar», reveló Mozes-Aurbach.
Días antes de su liberación, conoció a Arbel Yehoud, una israelí de 29 años que también había estado en completo aislamiento. Para Mozes, este encuentro fue emotivo, pues conocía al padre de Yehoud desde hace años.
«No solo fue hablar hebreo tras 16 meses, sino reencontrarse con alguien cercano», detalló Mozes-Aurbach.
La liberación estuvo marcada por el caos. «Fueron rodeados por cientos de personas, mientras hombres armados de Hamás trataban de contener la situación», relató. «Sintieron un miedo mortal. Mozes creyó que los lincharían y que no saldría con vida».
El regreso no ha disipado la sensación de abandono que experimentó. «Se ha emocionado con la solidaridad de la gente, pero sigue sintiendo el descuido de los líderes», señaló su nuera.
Mozes no deja de insistir en la urgencia de rescatar a los rehenes. «Habla de ello todos los días, con la determinación de unirse a la campaña para exigir su liberación».
El alto el fuego acordado el mes pasado puso fin a 15 meses de combates tras la invasión de Hamás en Israel. En su primera fase, 33 rehenes fueron liberados a cambio de cientos de terroristas palestinos presos, incluidos asesinos convictos.
Las siguientes etapas contemplaban el retorno del resto de los cautivos y el fin de la guerra, pero Hamás interrumpió el acuerdo. El lunes anunció que no liberaría a los rehenes previstos para el sábado, argumentando violaciones israelíes del cese al fuego. Sin embargo, el jueves, revirtió su decisión.
Israel ha advertido que reanudará las operaciones militares si no se libera a los cautivos. Mientras tanto, Egipto y Qatar continúan sus esfuerzos diplomáticos para mantener el acuerdo en pie.