Or Levy informó a su familia que el túnel donde lo mantuvieron era tan estrecho y bajo que le impedía mantenerse de pie. En un testimonio difundido por el Canal 12, detalló que sus captores lo sometieron a abusos psicológicos, engañándolo constantemente con falsas promesas de liberación. Además, organizaban manipulaciones crueles, fingiendo que algunos rehenes serían liberados mientras otros quedaban atrás.
Los secuestradores lo acusaron de ser un soldado y lo sometieron a duros interrogatorios. A pesar del confinamiento, Levy logró llevar la cuenta de los días y marcó en su memoria el cumpleaños de su hijo Almog.
A diferencia de otros rehenes, él y quienes estaban a su lado no tuvieron contacto con el exterior ni conocían la campaña pública que pedía su liberación. Levy explicó que, antes de ser liberado, pidió que otro rehén fuera puesto en libertad en su lugar, enfrentando una fuerte angustia al dejar atrás a sus compañeros.
Poco antes de su liberación, los captores llevaron a algunos rehenes de un lugar a otro, mostrándolos ante grupos de terroristas que los vitoreaban. Un familiar de Levy expresó al Canal 12 que la familia quedó impactada al escuchar que funcionarios del gobierno israelí se sorprendían por el estado físico de los rehenes. Según el pariente, las autoridades ya habían sido informadas de que Hamás había ordenado torturar y matar de hambre a los rehenes masculinos.
El informe del Canal 12 agrega que los tres rehenes liberados ayer fueron notificados de su posible liberación diez días antes. En ese periodo, sus captores obligaron a uno de ellos a vestir un uniforme militar y a declarar en video que era soldado, con el objetivo de lograr que más terroristas fueran liberados a cambio.
Los tres rehenes apenas recibieron alimentos durante su cautiverio. Pasaron días enteros sin comer y, en ocasiones, no estaban confinados en túneles, pero sí en espacios cerrados sin luz ni aire suficiente. Las duchas eran escasas, y solo podían ir al baño una vez al día, a menos que ganaran la simpatía de sus captores.
Rehenes liberados anteriormente también se mostraron incrédulos ante la sorpresa manifestada por las autoridades israelíes. Afirmaron haber sufrido condiciones similares, con privaciones de comida y maltratos constantes. Muchos confesaron que, en varias ocasiones, temieron ser ejecutados por sus secuestradores.