Leibel Lazaroff, una voluntaria de 20 años en Australia, recibió disparos de terroristas durante la masacre de Jánuca en Sídney.
En una publicación en X, su padre, el rabino Yossi Lazaroff, contó que Leibel se encontraba en la celebración y colaboraba directamente con el rabino Eli Schlanger, “quien fue asesinado frente a ella”.
“Leibel salvó la vida de un policía que había recibido un disparo. Se quitó la camisa, le colocó un torniquete y logró salvarlo”, relató el rabino Lazaroff. “Como el policía estaba incapacitado, cuando el terrorista avanzaba hacia ellos, Leibel le rogó que le entregara su arma y le dijo que era de Texas, tenía licencia de armas y sabía utilizarlas; de lo contrario, morirían ambos. Como su padre, puedo dar fe de la extraordinaria capacidad de Leibel”.
En cambio, el rabino Eli recibió un disparo mortal y, poco después, Leibel recibió dos disparos en el abdomen y la pierna, con heridas de escopeta y rifle, y ahora lucha por su vida. Aún permanece en la UCI y se somete a su cuarta cirugía, mientras que durante la noche también presentó fiebre a causa de una infección abdominal.
El rabino Lazaroff añadió: “Espero que Australia algún día la reconozca, más pronto que tarde, como heroína nacional. Aunque no lograron protegerla y casi se desangró, Leibel sigue diciendo: “Ojalá hubiera podido hacer más; lo intenté, pero me dispararon””.
“Leibel tiene un largo camino médico y muchas operaciones por delante”, recalcó su padre.
También recordó que “tan solo un mes antes, Leibel tocó el piano y cantó de manera maravillosa en un acto en memoria de otras víctimas del terrorismo”.
En una publicación posterior, aclaró: “Soy plenamente consciente de que, si el oficial le entregaba su arma a Leibel, ello habría ido contra sus normas; que un civil mate a un terrorista para salvar la vida de otros y la suya propia va contra sus reglas. Pero, bajo presión, hay quienes, por instinto de supervivencia, se esconden, y quienes están dispuestos y son capaces de proteger a otros, incluso cuando eso puede significar su propia muerte, solo para salvar una vida. En circunstancias difíciles, las reglas del juego cambian”.
En una publicación aparte, el rabino Lazaroff expresó: “Creí haber experimentado la vida. Sin duda, este es mi desafío más difícil. Sé que Hashem tiene un plan. Sin embargo, el camino es doloroso. Estoy muy agradecido con todos los que nos han acompañado en este trayecto. Esperamos la recuperación completa de Leibel. Por favor, continúen con sus oraciones y mitzvot en su honor. Yehuda Leib ben Manya”.
