Recientemente, el grupo terrorista Hezbolá fue captado extrayendo equipo de vigilancia de una torre militar en la frontera de Israel, según revelan imágenes difundidas en medios sociales.
Sustracción de material en frontera
Las imágenes capturadas durante el miércoles y el jueves evidencian a varios individuos ascendiendo una estructura de vigilancia, situada en el lado israelí de la frontera, colocando banderas y desprendiendo cámaras militares intactas. Estos hechos fueron reconocidos por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a través de un comunicado, donde señalaron que los sospechosos intentaban provocar y sabotear la infraestructura de la zona.
Según las FDI, los individuos no lograron infiltrarse en territorio israelí y no representaban una amenaza para los residentes de la zona. Sin embargo, aún se desconoce si las cámaras sustraídas contenían información de espionaje sensible.
Aunque los emblemas colocados en la torre fueron removidos por los militares israelíes, las imágenes publicadas el viernes mostraban la torre completamente vacía de equipamiento, sin claridad sobre si Hezbolá o Israel fueron los responsables de la remoción.
Escalada de tensiones en la frontera
Este incidente es el último de una serie de acciones realizadas por Hezbolá que han agudizado las tensiones en la frontera septentrional en las últimas semanas. Entre los eventos anteriores, destacan intentos de daño a la valla fronteriza, lanzamiento de fuegos artificiales y el intento de derribo de un avión no tripulado israelí.
El pasado mes, se descubrieron dos tiendas de campaña ocupadas por miembros armados de Hezbolá en la disputada región del monte Dov. La retirada de uno de los campamentos fue forzada tras una advertencia de Israel sobre un posible enfrentamiento.
Además, durante la semana pasada, se registró un disparo de un misil antitanque desde Líbano hacia la polémica aldea de Ghajar, sin reportarse heridos.
Conflicto en la Línea Azul
El punto de fricción entre Israel y Líbano, conocido como la Línea Azul, ha sido escenario de múltiples incidentes. Esta línea, que se encuentra a varios metros de la valla israelí en algunas zonas, se ubica dentro del territorio israelí, de acuerdo con Israel.
En este contexto, la localidad de Ghajar, que fue arrebatada a Siria en 1967 y posteriormente anexada por Israel junto con los Altos del Golán, se ha convertido en un foco de tensión. A pesar de las peticiones de Líbano y Hezbolá para que Israel se retire del área, el pueblo se ha mantenido como una zona militar cerrada durante más de dos décadas, necesitando permisos especiales para el acceso de no residentes.
Hezbolá, con un arsenal estimado de cerca de 150.000 cohetes y misiles capaces de alcanzar cualquier punto de Israel, ha representado durante mucho tiempo una formidable amenaza para las FDI en las fronteras de Israel.