Unos 4949 israelíes dieron positivo en la prueba del coronavirus el martes, llevando el total del país a 239 222 casos, informó el Ministerio de Salud, añadiendo que, en promedio, el 15% de los examinados por el virus dieron positivo.
Hasta ahora, la COVID-19 ha cobrado la vida de 1528 pacientes, mientras que 173 085 se han recuperado de él.
El director del Ministerio de Salud, Profesor Hezi Levy, ha instruido a los administradores del hospital para preparar 1500 camas adicionales para los pacientes.
Varios hospitales advirtieron la semana pasada que sus salas de coronavirus estaban casi a plena capacidad, diciendo que se necesitaban más camas para asegurar que los pacientes recibieran una atención adecuada.
El Ministerio de Salud planea abrir 750 camas para el 5 de octubre y otras 750 para mediados del próximo mes. Añadió que el 80% de las camas serán para pacientes en estado crítico y el 20% restante para pacientes que no necesitan soporte respiratorio.
Declarando a Canal 12, instó a los israelíes a no evitar recibir atención médica durante la pandemia, mencionando que los hospitales de todo el país están totalmente equipados para tratar a todos los pacientes, especialmente en situaciones de riesgo de vida, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
El martes también, el rabino jefe sefardí Itzjak Yosef emitió un decreto que prohíbe las reuniones masivas durante las fiestas de Sucot y Simjat Torá la próxima semana.
En un dramático cambio de costumbres por la pandemia, Yosef ha prohibido el tradicional hakafot (vueltas) de Simjat Torá, y ordenó a sus seguidores que no asistieran a la Bendición Sacerdotal, un rito que se celebra anualmente en el Muro Occidental, que suele atraer a decenas de miles de personas de Israel y a bordo.
Como el servicio es transmitido por varios medios de comunicación, Yosef ha decretado que este año, los adoradores podrían bastar con ver el servicio de oración televisado.