Locales cerrados y calles desiertas dominan Jerusalén Este y Judea y Samaria, donde los palestinos acatan una huelga general para exigir la suspensión inmediata de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
Fadi Saadi, comerciante de Belén, describe la ciudad sin actividad comercial ni espacios abiertos al público.
El cierre afecta tiendas, centros educativos y oficinas públicas en toda Judea y Samaria, deteniendo por completo la vida cotidiana en la región.
La convocatoria surge de una alianza entre movimientos políticos palestinos, entre ellos Fatah y Hamás, que acusan a Israel de perpetrar un genocidio y de mantener una masacre constante contra el pueblo palestino.
El llamado a la huelga abarca todos los territorios palestinos ocupados, los campos de refugiados y a quienes se solidarizan con la causa palestina en cualquier lugar.
Imad Salman, dueño de una tienda de recuerdos en la Ciudad Vieja de Jerusalén, afirma que el cierre representa un acto de respaldo a las familias y niños de Gaza.
La posibilidad de actuar de otro modo se desvanece para los palestinos en Jerusalén y Judea y Samaria, según declaraciones del propio Salman.
Salaheddin, la principal arteria comercial del Este de Jerusalén, presenta un panorama inusual: completa ausencia de transeúntes y comercio inactivo.
Ahmed, cuya identidad completa no fue revelada, atribuye la ofensiva contra Gaza al presidente Donald Trump, al primer ministro Benjamin Netanyahu, y a los gobiernos de Israel y Estados Unidos.
El cese de la guerra, de la matanza y de la destrucción se impone como la única salida, sostiene Ahmed, quien reclama la instauración de la paz como única alternativa posible.