Las autoridades confirmaron la muerte de Jifara Ibrahim, de 11 años, en un ataque con cohetes de Hezbolá en Majdal Shams, aumentando a 12 el número de niños muertos. El ataque ocurrió en un campo de fútbol en la ciudad drusa, ubicada en el norte de Israel.
Ibrahim fue considerado desaparecido durante 24 horas tras el ataque del sábado, que mató a otros 11 niños y adolescentes presentes en el campo de fútbol cuando impactó un cohete de fabricación iraní. La policía confirmó su muerte tras encontrar nuevos hallazgos en la escena del ataque, informó el Canal 12. La familia de Ibrahim había mantenido la esperanza de que hubiera sobrevivido y huido de la escena, pero esta fue finalmente desmentida.
Wael Mugrabi, jefe del Consejo Regional de Ein Qiniyye y pariente de Ibrahim, informó al Canal 12 que el niño “simplemente había desaparecido”. Inicialmente se les dijo que Ibrahim había sido llevado al Centro Médico Ziv en Safed, pero esta información resultó ser incorrecta. Las cámaras del campo de fútbol, que podrían haber proporcionado pistas, quedaron destruidas en la explosión, lo que dificultó la identificación del cuerpo del niño.
El domingo, se realizaron los funerales de las otras 11 víctimas en Majdal Shams y Ein Qiniyye, en medio de una mezcla de dolor y enojo en la comunidad drusa. En Majdal Shams y las aldeas circundantes, banderas negras ondearon en señal de duelo y los negocios locales cerraron durante los funerales.
Miles de personas, vestidas de negro, se congregaron en el centro de la ciudad mientras se llevaban a cabo los funerales. En un discurso improvisado, Samir Halabi, un presentador de radio de Majdal Shams, expresó su indignación y clamó por una represalia. Las familias de las víctimas permanecieron en silencio, mostrando una imagen de resiliencia.
En una reunión del gabinete de seguridad el domingo por la noche, se autorizó al primer ministro Benjamin Netanyahu y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, a decidir sobre la respuesta de Israel al ataque. Hezbolá, que inicialmente se atribuyó el ataque, luego negó su participación tras los informes de víctimas civiles.
Las tensiones en la región ya eran altas debido a casi 10 meses de ataques con cohetes diarios en el norte de Israel. La amenaza de una dura represalia por parte de Israel ha llevado a muchos en Líbano a prepararse para posibles enfrentamientos. Hasta ahora, los enfrentamientos fronterizos han dejado 24 civiles israelíes muertos, además de 18 soldados y reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel. También han habido varios ataques desde Siria, sin heridos.
Hezbolá ha identificado a 381 de sus miembros como muertos en los enfrentamientos, la mayoría en Líbano, pero algunos en Siria. Otros grupos terroristas en Líbano han perdido a 68 miembros, además de un soldado libanés y decenas de civiles.