La policía detuvo el lunes por la mañana a dos palestinos en el sur de Israel sospechosos de contrabandear armas desde Jordania, confiscando varias pistolas en el proceso.
Según la policía, los dos residentes de Belén, de unos 30 años, fueron capturados cerca de Tel Arad, en el sur de Israel, y se les encontró en posesión de 20 pistolas.
La policía dijo que sospechaba que los dos hombres se dirigían a Cisjordania con las armas. Las fuerzas del orden han indicado anteriormente que las armas introducidas de contrabando desde Jordania suelen venderse a israelíes árabes, tanto con fines delictivos como terroristas.
El valor de las pistolas incautadas el lunes se estimó en unos 500.000 NIS (150.000 dólares), dijeron los funcionarios policiales.
Los dos hombres palestinos debían comparecer ante un tribunal de Beersheba más tarde el lunes para que se les prorrogara la prisión preventiva.
El primer ministro Naftali Bennett saludó la operación policial. “Estamos decididos a luchar contra la delincuencia en la sociedad árabe y a recoger las armas ilegales. La policía se ha incautado ya de una veintena de pistolas en la zona de Arad. Continuaremos hasta limpiar Israel de armas ilegales”, dijo Bennett en un tuit.
El ejército y la policía han intensificado los esfuerzos para detener los intentos de contrabando a lo largo de la frontera jordana en los últimos meses, pero los funcionarios han admitido que el éxito ha sido limitado hasta ahora.
A diferencia de las otras fronteras de Israel -con Egipto, Líbano y Siria-, su frontera con Jordania está en gran medida abierta, a menudo sin vallas significativas, y está relativamente poco vigilada, lo que la convierte en un canal fácil para el contrabando a gran escala.
La semana pasada se incautaron 24 armas de fuego aparentemente introducidas de contrabando por la frontera jordana.
Las autoridades han tratado de reprimir cada vez más la proliferación de armas ilegales en la comunidad árabe israelí, que se han utilizado para cometer un número récord de asesinatos en los últimos años.
Según las Iniciativas Abraham, un grupo no gubernamental que presiona contra la violencia en la comunidad árabe, el año pasado 125 árabes fueron asesinados en Israel en la violencia comunitaria, un récord histórico. Desde principios de 2022, otros 27 han sido asesinados en incidentes de crímenes violentos.