El jeque Ekrima Sabri, ex gran muftí de Jerusalén, está siendo investigado por incitación al terror, según una declaración hecha pública el martes por la Fiscalía General. Sabri está acusado de haber visitado la casa de un terrorista palestino que asesinó a un soldado israelí el año pasado.
Según la declaración hecha pública por la portavoz de la Knesset, la Fiscalía General comunicó a la Comisión de Asuntos Internos y Medio Ambiente de la Knesset que había recibido permiso para llevar a cabo una investigación penal sobre Sabri.
Cuando el padre de un soldado de las FDI asesinado en un ataque con coche bomba en Jerusalén en 2017 cuestionó por qué el controvertido predicador no estaba siendo investigado, la revelación se hizo durante un debate sobre la incitación al terrorismo en las autoridades locales.
El padre del cadete Shir Hajaj, Herzl Hajaj, ha etiquetado a Sabri como “el peor instigador de Israel” por su papel en el asesinato de su hijo en 2017 junto con el teniente Yael Yekutiel, la cadete Shira Tzur y el cadete Erez Orbach.
Los legisladores fueron informados por el representante del fiscal general, quien hizo hincapié en que la publicación de palabras de admiración, apoyo o compasión no justificaba automáticamente una investigación en virtud de los estatutos antiterroristas.
El portavoz confirmó que Sabri era objeto de una investigación penal oficial.
El mes pasado, las autoridades interrogaron a Sabri bajo sospecha de incitación al terrorismo debido a las declaraciones que supuestamente hizo a la familia del terrorista palestino Udai Tamimi.
Las autoridades afirmaron que el 8 de octubre de 2022, Tamimi disparó y asesinó al sargento Noa Lazar, soldado de las FDI, durante un ataque a un puesto de control cerca de Jerusalén.
Tras una semana de búsqueda, fue abatido por guardias de seguridad cuando intentaba atacarlos cerca de la entrada a la comunidad de Judea y Samaria de Ma’ale Adumim.
Mientras visitaba la casa de Tamimi, Sabri instó a otros jóvenes palestinos a seguir los pasos de la “familia de mártires”, describiendo ese papel como “sublime y celestial, y al que hay que aspirar”.
En respuesta a las llamadas de organizaciones, la policía interrogó a Sabri durante muchas horas el 2 de enero sobre sus declaraciones. Tras serle concedida la libertad, pudo viajar a Marruecos ese mismo mes para asistir a una conferencia allí.
Sabri tiene un historial de problemas legales, en gran parte derivados de sus sermones en los que ha defendido a terroristas suicidas y negado el Holocausto.