El sábado por la mañana, un árabe de la Autoridad Palestina se infiltró en la ciudad judía de Asa’el, en el sur de las colinas de Hebrón, y fue detenido por uno de los guardias de seguridad de la ciudad.
Tras la infiltración, sonó la sirena de “alerta roja” del Mando del Frente Interior, que advertía de una infiltración de terroristas en la ciudad, y se ordenó a los residentes que entraran en un edificio, cerraran las puertas y las ventanas. También se les dijo que no salieran del edificio hasta nuevo aviso.
Las fuerzas de la FDI llevaron a cabo registros en la ciudad, debido a la preocupación de que pudiera haber un segundo sospechoso.
Según las primeras investigaciones, el árabe entró en la casa de una familia con siete hijos, que estaban en casa en ese momento, e intentó agredir físicamente a los miembros de la familia. El padre logró vencer al árabe y lo empujó fuera de la casa hasta que llegaron las fuerzas de seguridad.
De milagro, nadie resultó herido.
Una fuente de las FDI declaró que “la alerta se hizo sonar en la aplicación Home Front, debido a la preocupación por un incidente de seguridad en la localidad de Asa’el, en la región de Judea. Una persona de seguridad civil detuvo al sospechoso que entró en la ciudad. No se encontraron armas en el sospechoso”.