Mujer de la UE, con 17 años en Israel, fue deportada por trabajar en UNRWA, tras interrogatorio en el aeropuerto Ben Gurion.
Deportación de empleada de UNRWA en Israel por vínculos con agencia prohibida
La Autoridad de Población e Inmigración de Israel deportó el viernes a una ciudadana de un país de la Unión Europea que residía en el país desde hace 17 años, estaba casada con un ciudadano judío israelí y tenía tres hijos, debido a su empleo en la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, recientemente prohibida por el gobierno israelí. Según un informe del diario Haaretz, la mujer fue detenida en el aeropuerto Ben Gurion al llegar con su familia. Durante el control de pasaportes, un oficial de aduanas la separó para interrogarla, exigió sus huellas dactilares y cuestionó su relación laboral con la UNRWA. La mujer relató: “Le pregunté si era necesario, ya que no había hecho nada malo, y me respondió que me obligaría a cumplir si me negaba”. Explicó que trabajaba para la UNRWA y que planeaba mudarse a Europa con su familia tras el año escolar, debido a la prohibición de la agencia en Israel.
El oficial reaccionó con impaciencia cuando la mujer pidió aclarar si se refería al mandato de la UNRWA, preguntándole si no seguía las noticias sobre los acontecimientos en Israel. Tras un intercambio tenso, se le ordenó abandonar la sala y se le informó que sería deportada por su empleo en la UNRWA. Inicialmente, las autoridades pretendían retenerla 24 horas antes del vuelo, pero encontraron un vuelo anterior, escoltándola hasta el avión sin permitirle despedirse de su familia. La razón oficial de la deportación fue “consideraciones de seguridad pública o paz pública”. El abogado de la mujer, Yitzhak Yaari, presentó una apelación urgente, argumentando que ella no trabajaba para la UNRWA desde territorio israelí y que era una ciudadana respetuosa de la ley con hijos pequeños. Sin embargo, un juez desestimó la apelación rápidamente, y la deportación se ejecutó.
La UNRWA, formalmente conocida como el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, fue creada en 1949 tras la Guerra de Independencia de Israel de 1948. Su misión es proporcionar asistencia humanitaria, salud y educación a unos 5,9 millones de refugiados palestinos registrados, descendientes de árabes desplazados durante la guerra de 1948, en Gaza, Judea y Samaria, Jerusalén Este, Jordania, Líbano y Siria. La agencia opera 700 escuelas y 140 centros de salud en la región, siendo el principal proveedor de ayuda en Gaza, donde emplea a unas 13.000 personas, en su mayoría palestinos. Sin embargo, Israel ha acusado reiteradamente a la UNRWA de servir como un brazo civil de Hamás, grupo terrorista que controla Gaza, y de perpetuar la guerra al mantener el estatus de refugiado para generaciones de palestinos.
En noviembre de 2024, la Knéset aprobó una prohibición de las operaciones de la UNRWA en Israel con amplio apoyo, incluyendo partidos de la oposición. La medida, que entró en vigor a principios de 2025, se basó en múltiples denuncias sobre la implicación de la agencia en actividades terroristas. Israel proporcionó pruebas de que empleados de la UNRWA participaron en la masacre del 7 de octubre de 2023, perpetrada por Hamás, que dejó 1.200 muertos y 253 secuestrados en el sur de Israel. Un informe de inteligencia israelí, difundido por The New York Times, detalló que 12 empleados de la UNRWA estuvieron involucrados directamente en los ataques. Entre ellos, un consejero escolar de Jan Yunis fue acusado de secuestrar a una mujer israelí junto a su hijo, un trabajador social de Nuseirat transportó el cadáver de un soldado israelí y distribuyó munición, y otro empleado participó en la masacre del kibutz Be’eri, donde murieron 97 personas. Siete de los acusados eran profesores en escuelas de la UNRWA.
Pruebas de la implicación de UNRWA en actividades terroristas
- Participación en el 7 de octubre: Israel identificó a 12 empleados de la UNRWA, 10 de ellos afiliados a Hamás y uno a la Yihad Islámica Palestina, involucrados en la masacre del 7 de octubre.
- Vínculos con grupos terroristas: Un informe de inteligencia reveló que 1.200 empleados de la UNRWA en Gaza, cerca del 10% de su plantilla, tienen conexiones con Hamás o la Yihad Islámica, y 6.000 tienen familiares directos en estos grupos.
- Infraestructura utilizada por Hamás: Escuelas y refugios de la UNRWA han sido usados para almacenar armas y como bases operativas de Hamás. En 2014, la agencia admitió encontrar armamento en tres de sus escuelas.
- Datacenter de Hamás: En febrero de 2024, las Fuerzas de Defensa de Israel descubrieron un túnel y un centro de servidores de Hamás debajo de la sede principal de la UNRWA en Gaza, conectado a su infraestructura eléctrica.
- Rehenes en instalaciones: Rehenes liberadas en 2025, como Romi Gonen, Emily Damari y Doron Steinbrecher, relataron haber sido retenidas en refugios de la UNRWA en Gaza, aprovechados por Hamás para evitar ataques israelíes.
Antecedentes de la prohibición de UNRWA y su impacto en Israel
Las acusaciones contra la UNRWA se intensificaron tras el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás irrumpió en comunidades israelíes, asesinando a civiles y tomando rehenes. Israel presentó pruebas de que empleados de la UNRWA no solo apoyaron logísticamente a los terroristas, sino que algunos participaron activamente. Un informe de UN Watch reveló que 30 empleados de la UNRWA celebraron la masacre en un grupo de Telegram, con mensajes como “mátenlos uno por uno” y “Oh, cuánto odio a los judíos”. Además, rehenes liberadas en 2025, como Emily Damari, confirmaron haber sido retenidas en instalaciones de la UNRWA, incluyendo refugios destinados a civiles. Mandy Damari, madre de Emily, denunció que su hija fue privada de tratamiento médico tras ser herida, mientras estaba en un espacio controlado por la agencia.
Israel también ha documentado el uso de la infraestructura de la UNRWA por parte de Hamás para actividades militares. En julio de 2024, las Fuerzas de Defensa de Israel encontraron armas, drones, cohetes y granadas en un complejo cercano a la sede de la UNRWA en Gaza. Ese mismo mes, se descubrió que Hamás lanzó cohetes desde una zona humanitaria cerca de la escuela Al-Qarara de la UNRWA en Jan Yunis. Uno de los hallazgos más graves ocurrió en febrero de 2024, cuando el ejército israelí localizó un túnel conectado a un centro de datos de Hamás debajo de la sede principal de la UNRWA en Ciudad de Gaza. Este túnel, equipado con inteligencia y armamento, usaba la infraestructura eléctrica de la agencia, evidenciando una integración profunda entre las operaciones de Hamás y las instalaciones de la ONU.
Las escuelas de la UNRWA también han sido señaladas por promover contenidos que incitan al odio. Un informe de IMPACT-se de noviembre de 2024 identificó a 12 directores y subdirectores de escuelas de la UNRWA como miembros de Hamás o la Yihad Islámica, algunos ocupando roles de mando en unidades terroristas. Los materiales educativos glorificaban a figuras como Dalal Mughrabi, responsable de la masacre de 1978 que mató a 38 israelíes, y presentaban ataques contra israelíes como actos heroicos. En la escuela Al-Zaytun, se enseñó a estudiantes de quinto grado a nombrar calles en honor a Mughrabi, mientras que en Al-Maghazi, se celebraban ataques con bombas incendiarias contra autobuses israelíes.
La prohibición de la UNRWA en Israel responde a estas evidencias, acumuladas durante años, pero intensificadas tras el 7 de octubre. El ministro de Exteriores, Israel Katz, afirmó que “la UNRWA perpetúa el problema de los refugiados, obstruye la paz y sirve como brazo civil de Hamás en Gaza”. La decisión de deportar a la empleada de la UNRWA refleja la postura del gobierno de Benjamín Netanyahu, que considera a la agencia una amenaza a la seguridad nacional. A pesar de la prohibición, informes de abril de 2025 indican que la UNRWA continúa operando en Jerusalén Este a capacidad casi normal, lo que ha generado críticas de sectores que exigen una aplicación más estricta de la ley.
La comunidad internacional ha reaccionado de manera mixta. Países como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania expresaron preocupación por la prohibición, mientras que Italia anunció en 2025 la suspensión de su financiación a la UNRWA, condenando el uso de sus instalaciones para retener rehenes. Por su parte, la UNRWA ha negado emplear a miembros de Hamás y ha iniciado investigaciones internas, aunque un informe de la ONU de agosto de 2024 señaló que nueve empleados “pudieron” estar involucrados en los ataques del 7 de octubre, sin pruebas concluyentes debido a la falta de autenticación de la información proporcionada por Israel. La agencia también denunció que algunos de sus empleados fueron forzados a declarar falsos vínculos con Hamás bajo maltrato por parte de las autoridades israelíes, acusaciones que el ejército israelí rechazó.