Al parecer, Israel está dispuesto a poner fin a la obligación de que los pasajeros lleven mascarillas a bordo de los vuelos internacionales.
El ministro de Sanidad, Nitzan Horowitz, pretende poner fin en un futuro próximo a la obligación de llevar máscaras COVID en los vuelos, siguiendo los pasos de la Unión Europea, según informó el jueves por la noche el Canal 12 de noticias.
Israel levantó su mandato de máscaras en interiores el 24 de abril, dejando el requisito de cubrirse la cara solo en hospitales, residencias de ancianos y a bordo de aviones.
La supresión de la mascarilla a bordo eliminaría una de las pocas restricciones de COVID que siguen vigentes en Israel. Pero los vuelos desde Tel Aviv a determinados destinos podrían seguir exigiendo el uso de mascarillas, en función de otras normativas internacionales.
A partir del 20 de mayo, los pasajeros que aterricen en el aeropuerto Ben Gurion ya no tendrán que someterse a la prueba de PCR del COVID antes de salir del aeropuerto. Los israelíes que vuelan a Israel no tienen que someterse a ninguna prueba antes de embarcar desde hace varios meses; los extranjeros deben seguir mostrando un resultado negativo en la prueba, pero puede ser una prueba de PCR o de antígeno.
El miércoles, la Unión Europea dijo que dejará de recomendar el uso de mascarillas médicas en los aeropuertos y aviones a partir de la próxima semana, aunque los Estados miembros pueden seguir exigiéndolas.
La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea dijo que esperaba que la decisión conjunta, tomada con el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, marcara “un gran paso adelante en la normalización de los viajes aéreos” para los pasajeros y las tripulaciones.
Los casos de COVID se han mantenido en un nivel bastante bajo en Israel en las tres semanas transcurridas desde que el país levantó el mandato de uso de mascarillas en interiores, pero las pruebas también se han vuelto menos disponibles.
Hasta el jueves por la noche, 17.797 israelíes tenían COVID, de los cuales 2.088 fueron diagnosticados el miércoles. Había 341 personas con COVID hospitalizadas y 109 de ellas estaban en estado grave, frente a las 142 de hace una semana.
Desde el inicio del brote de COVID, 10.749 personas han muerto en Israel a causa del virus, dos de ellas en la última semana, lo que supone un descenso del 90% respecto al número de muertes relacionadas con el COVID de la semana anterior.