A partir del sábado 29 de agosto y hasta el lunes 31 de agosto, se espera una ola de calor masiva en la mayor parte del país, según un comunicado del Ministerio de Salud de Israel.
El ministerio insta al público, especialmente a la población anciana y a las personas que sufren enfermedades crónicas, a seguir estas directrices:
- Evitar la exposición directa al sol.
- Evitar esfuerzos físicos innecesarios.
- Beber agua constantemente y permanecer en lugares frescos y con aire acondicionado.
Estas instrucciones deberían ayudar a muchos a sobrellevar los días de perro de este verano.
El calor extremo podría suponer un grave riesgo para la salud si no se tiene cuidado. Un ejemplo de ello es el golpe de calor que se produce cuando la temperatura corporal supera los 41 grados centígrados (105 grados Fahrenheit) en quince minutos.
Un golpe de calor suele ocurrir cuando el cuerpo no puede enfriarse lo suficientemente rápido, ya sea porque el sudor, que es un refrigerante natural, no se evapora lo suficientemente rápido o simplemente porque el cuerpo no produce suficiente sudor debido a la deshidratación.
Los niños menores de 4 años, los adultos con enfermedades cardiovasculares y las personas con sobrepeso son especialmente susceptibles a los golpes de calor.
Los síntomas de la insolación pueden variar desde una temperatura corporal superior a 39,5 grados centígrados (103 Fahrenheit), la piel se vuelve seca y roja, la falta de sudor, el pulso acelerado, una sensación pulsátil o dolores de cabeza intensos, confusión, vértigo y náuseas.
En esos casos extremos, la persona que se sospecha que ha sufrido un golpe de calor debe ser llevada inmediatamente al hospital.
Sin embargo, en ninguna circunstancia se le deben suministrar líquidos, ya que se le administrarán por vía intravenosa bajo supervisión médica.
En cambio, la temperatura corporal de un individuo debe ser reducida mediante la aplicación de toallas húmedas y frías mientras se le aleja de una fuente de calor directa hasta que llegue la ayuda médica.
Otra condición médica que podría ser inducida por una exposición prolongada al sol o una fuente constante de calor es el agotamiento por calor.
Este fenómeno suele producirse en personas que han estado expuestas a una fuente de calor durante varios días seguidos sin una ingesta de líquidos suficiente para compensar la transpiración natural.
Las poblaciones de ancianos, las personas que sufren enfermedades cardiovasculares y las personas que practican deportes al aire libre se encuentran entre los que corren el riesgo de sufrir agotamiento por calor.
Los síntomas del agotamiento por calor son ligeramente diferentes de los de un golpe de calor, e incluyen: aumento de la transpiración, piel fría y húmeda, palidez, vértigo, dolores de cabeza, dolor muscular, náuseas o vómitos, pulso bajo, respiraciones cortas y rápidas. Sin embargo, la temperatura corporal podría ser normal.
Si el agotamiento por calor se deja sin tratar o sin identificar a tiempo, podría convertirse en un golpe de calor.
El tratamiento recomendado para el agotamiento por calor es descansar en un lugar fresco, aflojando la ropa ajustada, reduciendo la temperatura corporal mediante la aplicación de toallas mojadas, bebiendo agua a pequeños sorbos y vigilando el estado del paciente.
En caso de un rápido deterioro del estado del paciente, como un aumento de los vómitos o una sensación de confusión aguda, debe ser llevado directamente al hospital.
Antes de la ola de calor, la Autoridad Israelí de Naturaleza y Parques emitió una advertencia a los excursionistas sugiriendo que se eviten los viajes por carreteras abiertas o en grandes áreas abiertas.
En cambio, la autoridad recomienda visitar los lugares donde abunda la sombra y se puede acceder fácilmente al agua potable.