Israel está estudiando la viabilidad de crear su propia planta de fabricación de vacunas, y el lunes pidió propuestas para conseguirlo.
El país depende por completo de las vacunas importadas y, por tanto, “la capacidad de desarrollar, fabricar y autorizar vacunas en Israel es de la máxima importancia para hacer frente a patógenos conocidos y/o desconocidos que puedan perjudicar gravemente la salud pública y la economía israelíes”, explica un Enfoque de Mercado (AtM) publicado el lunes por el Ministerio de Hacienda.
El COVID-19 aceleró el deseo del país de explorar otras alternativas que puedan ser menos costosas, asegurando un suministro constante de vacunas para hacer frente a la epidemia actual, así como a posibles epidemias futuras.
Aunque nunca se publicaron cifras oficiales definitivas, se entiende que Israel pagó un precio elevado por los millones de vacunas de Pfizer que adquirió para inocular a la mayoría de la población. Además, para recibir esas vacunas, Israel tuvo que aceptar intercambiar datos de inoculación e infección con la empresa farmacéutica.
El AtM fue difundido por el ministerio en nombre de la Oficina del Primer Ministro, el Consejo Económico Nacional y los ministerios de Sanidad, Economía y Defensa, sobre la base de una decisión adoptada por el gobierno el 11 de julio, poco después de que el primer ministro Naftali Bennett asumiera el cargo.
Durante su mandato, el ex primer ministro Benjamín Netanyahu también pidió que se creara una instalación de vacunas, pero no se avanzó en su establecimiento. También promocionó un esfuerzo conjunto para establecer una instalación de investigación y desarrollo de vacunas en Israel junto con Pfizer, pero la empresa dijo a The Jerusalem Post que esto era sólo “discurso político” y no algo que se estuviera considerando en la práctica.
Los socios están “buscando información del público con el fin de examinar, comercialmente y en la práctica, un posible marco para establecer una instalación de fabricación de vacunas en Israel que tendrá capacidades independientes para la fabricación de vacunas de forma rutinaria, así como la capacidad de fabricar vacunas para futuras pandemias”.
Una vez concluido el proceso, se espera conocer mejor el mejor modelo para Israel entre varias alternativas, así como los obstáculos que podrían surgir y cómo afrontarlos.
Las respuestas deben presentarse antes del 17 de febrero de 2022.
También está por determinar dónde se establecerá la instalación.
La jefa del Consejo Local de Yeroham, Tal Ohana, lleva presionando para que se establezca una instalación de producción de vacunas en su ciudad desde antes de la pandemia y estaba en conversaciones con el Instituto Israelí de Investigación Biológica para establecer una planta que produzca su vacuna si se aprueba. Sin embargo, dijo que “actualmente no es el mismo sitio, porque no tenemos la tecnología”, y que “no soy optimista”.
Una AtM es un paso previo a una licitación, lo que significa que es una herramienta de recopilación de información y no una solicitud de propuestas. Sólo después de recibir las respuestas al AtM, el Estado considerará sus futuras acciones.