El primer ministro, Naftali Bennett, y altos cargos de las fuerzas del orden anunciaron el martes la formación de una unidad policial de la guardia nacional que se activaría en caso de emergencia, citando las lecciones aprendidas de los disturbios étnicos ocurridos en medio de una guerra el año pasado.
En mayo de 2021 se produjeron disturbios masivos en muchos pueblos árabes y ciudades israelíes mixtas, donde viven un gran número de árabes y judíos, durante el conflicto de 11 días entre Israel y Hamás en Gaza.
“Los disturbios de los Guardianes del Muro nos han enseñado que tenemos una amenaza para la seguridad nacional desde dentro. Ante todo, debemos aportar soluciones a las amenazas internas”, dijo Bennett, utilizando el nombre militar de la guerra.
Bennett dijo que decenas de miles de israelíes acabarán incorporándose a la nueva unidad, para “defender las ciudades israelíes en situaciones rutinarias y de emergencia”.
El primer ministro saliente calificó la creación de la unidad como su “último gran acto como primer ministro”. Dijo que se habían destinado 40 millones de NIS (11,5 millones de dólares) al programa.
Según la Policía de Israel, la unidad de la “Guardia Israelí” -que se formará bajo la rama existente de la Policía de Fronteras- estará formada por agentes de policía existentes, tropas de reserva y voluntarios.
Los gendarmes planean ampliar sus 20 compañías de reserva con otras 26 en los próximos años, y equiparlas con “medios avanzados”. El cuerpo de voluntarios, de unos 8.000 agentes, también se ampliará en otros 1.500 para 2023, según la policía.
También se creará una unidad de fuerzas especiales voluntarias formada por otros 2.000 agentes para 2023. Esos miembros mantendrán el equipo en casa y estarán disponibles para una acción inmediata.
Por otra parte, la unidad policial existente de la “Guardia Civil” también se ampliará con otros 3.500 voluntarios.
“La Guardia Israelí será una fuerza capacitada y entrenada, que podrá operar en varias áreas simultáneamente y hacer frente a disturbios y escenarios de emergencia”, dijo la policía en un comunicado.
El ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, que supervisa la policía, dijo que “estaba claro” para él, para el Comisionado de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, y para el jefe de la Policía de Fronteras, Amir Cohen, “que la Policía de Fronteras es la primera, inmediata y mejor respuesta a la cuestión de la seguridad interna”.
“Ya estamos aportando y aportaremos una seguridad interna aún más fuerte y rígida al Estado de Israel”, dijo Barlev.
Shabtai dijo que la nueva unidad era “una adición necesaria y extremadamente importante” a la fuerza, pero que la policía debe “reforzar sus presupuestos, mano de obra, recursos y tecnología para hacer frente a todas las tareas y desafíos que el futuro nos depara.”
El mes que viene, la Oficina del Contralor del Estado tiene previsto publicar un informe sobre el reciente conflicto en la Franja de Gaza, centrado principalmente en el examen de las diferencias entre los organismos encargados de hacer cumplir la ley.
Entre las áreas defectuosas que destacará el informe están la inteligencia; el despliegue de fuerzas; la convocatoria de reservas; la respuesta operativa sobre el terreno; la preparación logística; la formación de las fuerzas para hacer frente a los disturbios; y la gestión de las investigaciones y los enjuiciamientos.
El interventor del Estado, Matanyahu Englman, dijo que los disturbios pusieron de manifiesto el reto que supone mantener la seguridad personal y garantizar el orden público en las comunidades étnicamente mixtas, lo que exige la posible necesidad de desplegar allí personal policial adicional.