Los recientes incendios en el sur de California, que siguen cobrando vidas y devastando barrios, han encendido las alertas en Israel ante el riesgo de enfrentar catástrofes de igual magnitud.
Los vientos de hasta 160 km/h y el clima seco en Los Ángeles contribuyeron a la tragedia que ha causado decenas de muertes. Este escenario preocupa a los responsables israelíes de bomberos, quienes consideran posible un brote similar en la región mediterránea, donde las temperaturas no dejan de aumentar.
Itzik Cohen, comisionado adjunto en el Distrito Sur, advirtió que un evento de estas características es inevitable en Israel. A pesar de ello, los recursos del cuerpo de bomberos israelí resultan insuficientes para enfrentar incendios de gran escala.
Según la Autoridad de Bomberos y Rescate, el personal actual está muy por debajo de los estándares internacionales. Mientras que la norma de la OCDE establece un bombero por cada 1.000 habitantes, Israel cuenta con solo uno por cada 4.500 personas. Tal Volvovitch, portavoz de la autoridad, afirmó que el servicio opera al límite de sus capacidades.
Los ataques con misiles lanzados por Hezbolá el verano pasado en el norte del país incrementaron la presión sobre los bomberos. Más de 220.000 dunams fueron consumidos por las llamas, con pérdidas que superaron los 3.000 millones de NIS. Sin embargo, el comisionado Oz y otros expertos señalan al cambio climático como el principal factor detrás del aumento de incendios forestales.
Asaf Karavani, director del Servicio Forestal Israelí, destacó la similitud climática entre California e Israel. Ambos comparten un clima mediterráneo, con inviernos lluviosos y veranos áridos que favorecen los incendios. Las altas temperaturas, sumadas a la prolongación de la estación seca, hacen que los incendios sean cada vez más frecuentes durante todo el año.
El informe publicado en julio por el Servicio Meteorológico de Israel ya advertía una reducción en las precipitaciones para las próximas décadas. Frente a esto, la Autoridad de Bomberos y Rescate aumentó su esfuerzo de reclutamiento, aunque sigue enfrentando serias dificultades para alcanzar los niveles requeridos.
Oz informó que el año pasado se duplicó el número de nuevos bomberos, con 300 reclutas incorporados. Sin embargo, este ritmo no es suficiente. Anualmente, unos 150 bomberos abandonan o se jubilan, lo que mantiene la fuerza por debajo del estándar necesario.
Además del déficit de personal, los bomberos israelíes carecen de tecnología moderna. Los comisionados aseguran que el principal obstáculo para la actualización del equipo es el presupuesto. “Con más fondos, podríamos estar mejor preparados”, indicó Oz.
Actualmente, Israel cuenta con 14 aviones para combatir incendios, y está en proceso de adquirir otros 12 mediante una nueva licitación. Sin embargo, la mayoría de los vehículos terrestres del servicio tiene más de dos décadas de antigüedad.
En octubre, los representantes del cuerpo de bomberos llevaron sus demandas al Comité de Seguridad Nacional del Knéset. En esa reunión, Yair Elkayam, comisionado del Distrito Norte, expresó su preocupación por la falta de personal, ya que solo contaban con 115 bomberos disponibles en la región durante el verano pasado.
El presupuesto destinado al cuerpo de bomberos aumentará a 1.616 millones de NIS en 2025. Aunque parte de esos fondos será utilizada para la compra de equipos y vehículos, la mayor proporción se destinará a los salarios de los bomberos.
El gobierno israelí declaró la crisis climática como una amenaza de seguridad nacional, otorgando a la Autoridad de Bomberos y Rescate un estatus equivalente al de otras organizaciones de seguridad.
“La evidencia es clara: el cambio climático ya está aquí”, concluyó Oz. “Lo vemos en los patrones de los últimos años, tanto en invierno como en verano. Este es uno de los mayores desafíos que enfrenta nuestro país”.