El 18 de mayo es el primer viernes del mes del Ramadán, sagrado para los musulmanes, cuando la mayor observancia religiosa y el cierre de muchas empresas durante el día, también ha visto el incremento en los ataques terroristas contra civiles y soldados israelíes.
La policía israelí se prepara para otro posible día de violencia islamista masiva por parte de los árabes autodenominados “palestinos” el viernes, y los funcionarios dijeron que los puntos de fricción podrían moverse desde la frontera de Gaza a Judea y Samaria, así como también el Este de Jerusalén.
Sin embargo, a pesar de la mayor disposición, con unos 1.500 agentes de policía desplegados en la capital, el ejército y la policía dijeron que no había advertencias de seguridad específicas de ningún tipo, y los funcionarios no tenían planes para implementar mayores medidas de seguridad, como límites al número de concurrentes permitidos en los lugares de la ocupación islámica en Jerusalén en el transcurso del día, según informes en medios de comunicación en idioma hebreo. Las fuerzas de las FDI alrededor de Jerusalén han sido equipadas con medios de dispersión antidisturbios.
Varios caminos cerca de la Ciudad Vieja fueron cerrados al tráfico los viernes durante el mes de Ramadán para permitir un acceso más fácil a las mezquitas de la ocupación islámica en el Monte del Templo judío.
Funcionarios de seguridad dijeron que se esperaba que la frontera de Gaza, escenario de siete semanas consecutivas de violencia islamista, esté relativamente tranquila luego de que el intento masivo de infiltración en Israel, provocaron la muerte de 62 palestinos, según el ministerio de salud de Gaza controlado por Hamás, que a su vez reclamó a 50 de los muertos como miembros de su organización terrorista. El viernes es visto como una prueba clave de si la actual ronda de violencia continuará.
Israel ha culpado al grupo terrorista Hamás que gobierna la Franja de Gaza por la violencia en Gaza, que ha estado utilizando a jóvenes y niños como cobertura para intentar infiltraciones fronterizas y ataques contra israelíes. El miércoles, un funcionario de Hamás dijo que 50 de los 62 muertos el lunes y martes eran miembros del grupo y del grupo terrorista Jihad Islámica reclamó otros tres como miembros.