El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir (Otzma Yehudit), y la Policía de Israel han instituido recientemente una nueva política en virtud de la cual no se quitará el arma a un civil que neutralice a un terrorista que haya perpetrado un atentado terrorista.
Según la nueva política, el arma del ciudadano que neutraliza permanecerá en sus manos y no le será arrebatada, siempre que el atentado sea de carácter nacionalista y el ciudadano haya actuado en defensa propia.
Detener los disparos cuando termine la amenaza
La política también exige que el civil deje de disparar contra el terrorista inmediatamente después de que termine la amenaza contra su vida o la de los demás, y exige que solo el terrorista resulte herido o eliminado debido a sus disparos.
Hasta ahora, la política policial consistía en que la confiscación del arma quedaba a discreción del agente de policía. Como resultado, en muchos casos los agentes han optado por la opción “fácil” y se han limitado a confiscar el arma del civil que neutralizaba a un terrorista activo.
Ahora, Ben Gvir y la Policía de Israel han acordado poner fin a la opción de que el agente haga uso de su discrecionalidad en casos de legítima defensa, de modo que en estos casos el civil conservará su arma.