La investigación sobre una importante brecha de seguridad en el domicilio del ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, en torno a un limpiador de su casa que no había sido investigado por la agencia de seguridad Shin Bet, acusado de ofrecerse supuestamente a espiar para Irán, ha concluido con una reprimenda escrita para dos altos funcionarios del Shin Bet, según anunció la agencia el martes por la noche.
El jefe del Shin Bet, Ronen Bar, nombró un comité externo para investigar cómo el sospechoso Omri Goren -que tenía múltiples condenas penales- habría sido empleado en la casa de Gantz. El comité estaba formado por tres funcionarios retirados del Shin Bet, entre ellos dos ex jefes de departamento y un ex jefe de división.
El comité presentó sus conclusiones a Bar, junto con recomendaciones sobre las medidas que debían adoptarse. El comité describió el asunto como un “fracaso profesional”, citando la falta de coordinación a nivel profesional y en los “procedimientos de trabajo”.
Basándose en las conclusiones de la investigación, el Colegio de Abogados decidió amonestar por escrito a dos altos cargos de la organización.
Mientras tanto, el Shin Bet ha evaluado las disposiciones de seguridad para las personas de las que es responsable, y ha reforzado las comprobaciones de antecedentes y los procedimientos de prueba para cualquier persona empleada en los “círculos cercanos” de los funcionarios a los que se proporciona seguridad del Shin Bet.
Bar también dio instrucciones para añadir niveles adicionales de inteligencia y seguridad operativa cuando se trata de los funcionarios a los que da seguridad.
Sin embargo, Bar elogió la rápida actuación llevada a cabo para localizar y detener a Goren en las 48 horas siguientes al momento en que supuestamente contactó con una entidad hostil.
“A pesar del éxito en frustrar [el complot], no conseguimos evitarlo”, dijo Bar. “Si el proceso hubiera funcionado, una persona como ésta nunca habría trabajado cerca de un protegido. El fracaso que tuvo lugar en este incidente aislado nos permitió examinar en profundidad los procesos y mecanismos relacionados con la cuestión de las personas empleadas cerca de los protegidos”.
“La investigación nos dio la oportunidad de examinar los procesos de trabajo profesional en el servicio”, añadió. “Las conclusiones de la comisión investigadora, así como un profundo proceso de aprendizaje de lecciones, ya se han traducido en acciones sobre el terreno que reducirán significativamente la posibilidad de que incidentes como éste vuelvan a ocurrir”.