Familiares y amigos de Sarah Milgrim, una de las víctimas mortales del ataque antisemita perpetrado la semana pasada en Washington, DC, se congregaron el martes para despedirla en un funeral celebrado en su natal Kansas. La joven, de 26 años, creció en Prairie Village, un suburbio de Kansas City, y murió junto a su compañero Yaron Lischinsky en una emboscada que conmocionó a la comunidad diplomática.
El 21 de mayo, Milgrim y Lischinsky, de 30 años, abandonaban una recepción para jóvenes diplomáticos en el Museo Judío Capital cuando un atacante abrió fuego contra ellos. Las autoridades arrestaron a Elías Rodríguez, de 31 años, quien profirió gritos de “¡Palestina libre!” durante su captura. Según los documentos judiciales, Rodríguez confesó a la policía que actuó “por Palestina, por Gaza”. Cercanos a la pareja revelaron que Lischinsky había adquirido un anillo de compromiso y planeaba proponerle matrimonio a Milgrim en los días siguientes.
En lugar de preparativos nupciales, los seres queridos de Milgrim se reunieron en un servicio privado en la Congregación Beth Torah, en Overland Park, Kansas, el templo donde ella participó activamente durante su adolescencia. Ese mismo martes, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, acudió a la embajada de Israel en Washington para rendir homenaje a las víctimas. Yechiel Leiter, embajador israelí en el país, expresó su gratitud por el gesto. “La solidaridad y empatía mostradas por usted y la administración Trump tras este ataque asesino reflejan la profunda amistad entre nuestras naciones y nuestra lucha compartida contra el terrorismo”, manifestó Leiter en una publicación en X.
Sarah Milgrim, graduada en estudios ambientales por la Universidad de Kansas en 2021, dejó una huella imborrable en su comunidad. Quienes la conocieron la describen como una persona cálida y comprometida, siempre presente en las cenas de Shabat y las celebraciones del Centro Jabad para la Vida Judía en el campus. “Sarah creía en forjar lazos, en construir comunidad y en unir a las personas”, afirmó el rabino Zalman Tiechtel tras su Muerte, destacando el amor que ella irradiaba.
Tras su paso por la universidad, Milgrim trabajó en Tel Aviv para una organización enfocada en la formación tecnológica y el diálogo entre jóvenes palestinos e israelíes, según su perfil de LinkedIn. También se capacitó en resolución de conflictos y compromiso religioso en el Instituto de Paz de los Estados Unidos, una entidad creada por el Congreso para promover la paz. En 2023, tras obtener una maestría en asuntos internacionales en la American University, se incorporó a la embajada de Israel, donde organizaba eventos y misiones al país.
Una vigilia en su honor, realizada la semana pasada en Prairie Village, reunió a una multitud, incluyendo a Amanda Birger, su compañera de cuarto en la universidad. Birger recordó a Milgrim como una ferviente defensora del medio ambiente y amante de los animales. “Sarah usaba su voz con cautela, siempre buscando mantener la paz”, señaló. La comunidad de Kansas, donde Milgrim creció, no es ajena a la violencia antisemita. En 2014, un supremacista blanco, Frazier Glenn Miller Jr., asesinó a tres personas en dos sitios judíos de Overland Park. Aunque ninguna de las víctimas era judía, Miller confesó su intención de atacar a judíos. Condenado a muerte en 2015, su crimen marcó a la región.
Sheila Katz, directora del Consejo Nacional de Mujeres Judías, destacó el trabajo de Milgrim como enlace con organizaciones de mujeres, comunidades LGBTQ y grupos multireligiosos. “En su corta vida, logró mucho y merece ser recordada por todo lo que aportó al mundo”, afirmó Katz. Antes de unirse a la embajada, Milgrim investigaba cómo las amistades entre árabes e israelíes podían fomentar la paz. “Sabíamos que algo así podía ocurrir, pero nunca pensamos que le pasaría a ella”, lamentó Katz.