El coronavirus creó la mayor superficie de vulnerabilidad cibernética en la historia para que los terroristas pudieran realizar ataques, dijo el lunes el jefe de la Dirección Nacional Cibernética de Israel (INCD), Yigal Unna.
En su intervención en el Instituto Internacional de Lucha contra el Terrorismo de la Universidad Reichman de Herzliya, Unna dijo que Israel y los países occidentales son “mucho más vulnerables” a los ciberataques porque “los países y las sociedades más desarrolladas son… sociedades conectadas y basadas en Internet”.
Continuó afirmando que Israel y Occidente tienen “muchos más… puntos únicos de fallo que en ningún otro momento de la historia” en una serie de sectores que van desde la sanidad hasta el transporte masivo, pasando por la energía y el agua.
A continuación, el jefe de la RIDC dijo que con el inicio de la pandemia que obliga a Israel y Occidente a dar un salto adelante en la digitalización de sus sociedades, ahora presentan “la mayor superficie de ataque que cualquier hacker o cualquier terrorista podría imaginar jamás”.
Unna dijo que este “lío cibernético” combinado con la guerra psicológica y las campañas de influencia podría tener nuevas y masivas consecuencias imprevisibles.
En el lado positivo, habló del hackeo de la “famosa prisión de Irán, donde se recluye a los disidentes”, donde los hackers “penetraron en el sistema de allí -y tras capturar vídeos durante un par de semanas o meses- se hicieron con el control de las instalaciones y luego publicaron los feos vídeos que salían de la cárcel”.
En ese caso, el objetivo era “cambiar el mal comportamiento del régimen iraní” ya que se trataba de ideología y “no de un hackeo financiero”.
Pero, advirtió, “también podemos ver que esto sea utilizado por el lado equivocado de la ecuación”, como los grupos terroristas que “exigen la liberación de presos políticos” que pueden haber asesinado a civiles, a cambio de poner fin a un ciberataque devastador.