Los nuevos hallazgos que se presentarán en el Congreso de Euroanestesia, que se celebrará en Milán (Italia) entre el 4 y el 6 de junio, demuestran la viabilidad de la ventilación boca a boca con mascarilla para reducir la propagación del COVID-19.
En la ventilación boca a boca, un reanimador presiona su boca contra la del paciente y sopla aire hacia sus pulmones. Además de las compresiones torácicas, la respiración boca a boca forma parte de la reanimación cardiopulmonar (RCP) y es una función esencial del soporte vital básico.
Durante las primeras fases de la pandemia de COVID-19, la formación en RCP se limitó en la República Checa y otros países a las compresiones torácicas o a la ventilación con bolsa-máscara, en la que se utiliza una bolsa autoinflable en lugar de la boca para llenar de aire los pulmones del paciente, con el fin de reducir el riesgo de transmisión de la enfermedad.
Aunque esto permitió a los primeros intervinientes recibir una formación adecuada en reanimación cardiopulmonar, la mayoría de las personas no tienen acceso al equipo necesario y siguen necesitando aprender el boca a boca.
Sin embargo, el Dr. Vaclav Vafek, del Departamento de Medicina de Simulación de la Facultad de Medicina de la Universidad Masaryk de Brno (República Checa), y su equipo investigaron la posibilidad de realizar la respiración boca a boca con una máscara.
Estudio
En mayo de 2021, 104 estudiantes de medicina realizaron la respiración boca a boca mientras llevaban un respirador de nanofibra FFP2 reutilizable durante dos minutos en tres maniquíes, incluidos dos de tamaño adulto y uno de tamaño infantil.
Los observadores analizaron cada respiración y determinaron que el 90% de las respiraciones fueron efectivas, ya que hicieron que el pecho del maniquí se inflara. Los investigadores también midieron el volumen de aire en uno de los maniquíes de adulto y en el maniquí de niño y descubrieron que el volumen era óptimo en el 33% de las respiraciones del maniquí de adulto y en el 44% de las respiraciones del maniquí de niño.
“La ventilación boca a boca a través de un respirador fue eficaz más del 90% de las veces, lo que permite su uso en la formación de soporte vital básico de alta calidad durante la pandemia”, comentaron los investigadores.
Vafek añadió que él y su equipo habían “utilizado con éxito los respiradores en ejercicios de primeros auxilios en nuestros programas de pregrado de medicina y odontología”.
“No podemos predecir la gravedad de la pandemia en otoño y cómo serán entonces las medidas de COVID-19”, dijo. “Sin embargo, con esta técnica podremos seguir impartiendo una formación vital sobre la reanimación boca a boca”.