La medición de 15 minutos de actividad eléctrica en el cerebro mientras se realizan tareas musicales sencillas puede detectar el deterioro cognitivo en la vejez, afirman investigadores de la Universidad de Tel Aviv.
El innovador método que han desarrollado puede ser aplicado fácilmente por cualquier miembro del personal de cualquier clínica, sin necesidad de formación especial.
La estudiante de doctorado Neta Maimon, de la Facultad de Ciencias Psicológicas y de la Escuela de Música Buchmann-Mehta, creó una breve prueba en la que el sujeto realiza una serie de tareas musicales-cognitivas según unas instrucciones que se escuchan a través de unos auriculares.
Las tareas incluyen, por ejemplo, pulsar un botón cada vez que suena una melodía o pulsarlo sólo cuando suena el violín.
Además, la prueba incluye una meditación guiada musicalmente diseñada para llevar al cerebro a un estado de reposo, ya que se sabe que este estado indica el funcionamiento cerebral en diversas situaciones.
Mientras realizan las tareas, los sujetos están conectados a un dispositivo de EEG portátil de la empresa israelí Neurosteer.
Maimon, especializado en cognición musical, explicó que la música es conocida por ser un rápido estimulante del estado de ánimo y puede ser un reto cognitivo cuando las personas tratan de concentrarse en diferentes aspectos de la música mientras realizan una tarea concreta.
En consecuencia, los investigadores plantearon la hipótesis de que los instrumentos musicales desafiarían a los sujetos lo suficiente como para poner a prueba la actividad frontal del cerebro, además de elevar su estado de ánimo, lo que mejoraría su rendimiento en la prueba.
Maimon y Lior Molcho, de Neurosteer, informan en la revista Frontiers in Aging Neuroscience de que “realmente hemos conseguido ilustrar que la música es realmente una herramienta eficaz para medir la actividad cerebral. La actividad cerebral y los tiempos de respuesta a las tareas se correlacionaron con las condiciones cerebrales de los sujetos. Y lo que es más importante, todos los que se sometieron al experimento informaron de que, por un lado, suponía un reto para el cerebro, pero por otro era muy agradable de realizar”.
Maimon espera que este método permita el seguimiento rutinario y la detección precoz del deterioro cognitivo para proporcionar tratamiento y evitar un deterioro rápido y grave.
“Este método es de especial importancia hoy en día debido al aumento de la longevidad y al crecimiento acelerado de la población, sobre todo entre las personas mayores. Nuestro método podría allanar el camino hacia un seguimiento cognitivo eficaz de la población en general, y así detectar el deterioro cognitivo en sus primeras fases, cuando es posible el tratamiento y la prevención del deterioro grave”.