Salim Safadi, familiar de uno de los 12 menores muertos en Majdal Shams durante un ataque con cohetes de Hezbolá hace un año, se encuentra entre los ciudadanos drusos congregados junto a la valla fronteriza entre Israel y Siria. El grupo aguarda una posible apertura controlada que permita el ingreso de ciudadanos sirios para facilitar reencuentros familiares, aunque no existe confirmación oficial al respecto.
“Los drusos son un solo pueblo y estamos esperando saber si se abrirá la puerta para que nuestro pueblo pueda entrar”, declaró Safadi. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel señalaron que no han autorizado el ingreso de drusos sirios, aunque reconocieron que algunas personas lograron cruzar la frontera sin permiso formal de entrada.
Un residente israelí y su hijo, quienes cruzaron a Siria el día anterior y luego regresaron, afirmaron que no participaron en actividades armadas. Según sus declaraciones, viajaron para visitar la localidad de Hader y generar presión sobre Israel y Estados Unidos a fin de que actúen contra el nuevo mandatario sirio, Ahmed al-Sharaa.
“Sharaa dijo que había una nueva Siria, pero no sucedió. Él es ISIS”, sostuvo el hombre, quien calificó como “hermanos y hermanas” a los presentes del lado sirio.
Otro individuo, que también solicitó mantener el anonimato, aseguró que la madre de su pareja cruzó hacia Siria con el único objetivo de reencontrarse con su familia. Según explicó, la mujer había emigrado a Israel al casarse y no había podido verlos desde entonces.
El hombre expresó su respaldo a los ataques militares de Israel contra el régimen sirio, al considerar que protegieron a la población drusa. “Israel no iba a empezar a bombardear de inmediato, pero había muchos vínculos entre los judíos y los drusos y el gobierno tomó esta medida y detuvo la masacre”, afirmó.