La policía sigue investigando el grado de implicación de los miembros de las familias de los terroristas afiliados al Estado Islámico que perpetraron el mortal atentado terrorista del domingo en Hadera.
El Canal 12 informó el lunes por la noche de que los dos terroristas llegaron a Hadera utilizando un Mazda perteneciente a uno de los cinco miembros de la familia que fueron detenidos como sospechosos de participar en el atentado.
En el registro de este vehículo se encontraron chalecos antibalas, redes de camuflaje, linternas y prismáticos.
Los investigadores creen que los terroristas pretendían llevar a cabo una matanza masiva y estaban preparados para un largo enfrentamiento con las fuerzas de seguridad. Solo la decidida y rápida respuesta de la fuerza encubierta que se encontraba en la zona impidió la masacre que habían planeado. En total se dispararon unas 60 balas en el lugar del atentado, la mayoría de ellas por parte de los dos terroristas.
Los terroristas son miembros de una célula del ISIS que no fue identificada a tiempo por el estamento de defensa, a pesar de que los terroristas eran conocidos por la Agencia de Seguridad de Israel (Shin Bet), al igual que docenas de otros árabes israelíes que apoyan a la organización terrorista asesina. A pesar de que los dos terroristas estaban equipados con muchas armas para el atentado, e incluso subieron un vídeo en el que se documentaban antes de la propia operación, el Shin Bet no recibió ningún aviso sobre el atentado y ahora reconoce que esta célula debería haber sido capturada de antemano.
El informe del Canal 12 dijo además que un incidente de la época en que uno de los terroristas, Ayman Agbaria, sirvió en prisión, debería haber servido de advertencia al establecimiento de defensa. En 2017, hubo 87 prisioneros del ISIS en Israel. Como parte del tratamiento del fenómeno de la incorporación de árabes israelíes al ISIS, el Servicio Penitenciario de Israel (IPS) estableció una práctica de rehabilitación o “neutralización” de esos activistas mediante una reeducación especial a la que se someten mientras cumplen condena en pabellones penitenciarios para terroristas afiliados a Al Fatah.
Agbaria fue detenido en Turquía tras intentar cruzar la frontera con Siria para unirse al ISIS. En 2016, llegó a Israel y comenzó a cumplir una condena en la prisión de Gilboa, ala 2, asociada a los presos de Al Fatah. En ese momento, los presos de Al Fatah reconocieron que es una persona mucho más extremista que otros presos del ISIS. Empezaron a golpearle y castigarle, y en un momento dado le expulsaron del ala y le trasladaron a un ala de presos de Hamás, donde siguió cumpliendo su condena.