Cientos de manifestantes marcharon hacia la Knéset en Jerusalén para solicitar la continuación de la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza. La movilización fue encabezada por soldados heridos, junto con familiares de militares y rehenes, todos vinculados al grupo derechista Foro Tikvah. La protesta se desarrolló sin incidentes según el reporte final entregado por la policía, que no informó sobre arrestos.
Antes del inicio de la marcha, el teniente coronel Itamar Eitam, comandante de una brigada de reservistas, declaró frente al Hospital Shaare Zedek: “Hemos venido a transmitir un mensaje claro: no hay otra salida, Hamás debe ser derrotado. Solo la victoria traerá verdadera seguridad a los residentes del sur, a las comunidades fronterizas de Gaza y a los ciudadanos de Israel”.
Eitam añadió que el sufrimiento físico y las pérdidas experimentadas en combate no deben concluir con una retirada. “El precio que pagamos, con nuestras extremidades, las cicatrices que llevamos, la sangre de nuestros camaradas, no puede desperdiciarse con retiradas. Es nuestro deber traer a los rehenes a casa y aplastar a Hamás”, dijo.
Entre los participantes se encontraba Ofir Engelsman, un soldado herido en Hebrón, quien se dirigió al público reunido: “Habría estado dispuesto a perder la otra si hubiera sabido que eso conduciría a una victoria total”. Engelsman perdió una pierna tras un ataque con un vehículo. En su intervención, dirigió una petición directa al gobierno.
“Esta es mi exigencia al primer ministro: que ponga fin a esta guerra. Que elimine a Hamás y logre la victoria”, afirmó durante la concentración frente a la sede legislativa.