Decenas de miles acudieron al funeral del teniente Hadar Goldin, el soldado caído cuyo cuerpo Israel recibió el domingo tras 11 años de cautiverio. El sepelio tiene lugar en el cementerio militar de Kfar Saba, la ciudad donde nació y creció y donde residen sus padres.
El jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Zamir, con familiares y allegados, cubre el ataúd de Goldin con tierra antes de los panegíricos. Simjá Goldin recita el Kadish por su hijo y muestra la camisa blanca rasgada como señal de luto, conforme a la costumbre.
Se realiza un segundo funeral para Goldin, asesinado en agosto de 2014. En aquella fecha, el rabinato de las FDI lo declaró muerto para permitir un entierro judío y rituales de duelo. Su familia celebró un funeral en Kfar Saba con miles de asistentes y guardó siete días de shiva.
