Tras décadas trabajando para el Mossad, el actual jefe, Yossi Cohen, está a punto de concluir su carrera en la agencia y ha subrayado la necesidad de centrarse en el régimen iraní, de cara al futuro.
“Creo que deberíamos intensificar nuestras actividades contra el régimen iraní”, dijo Cohen el domingo, días antes de su jubilación. “Deberíamos actuar contra los iraníes con mucha más contundencia, oponiéndonos a ellos con todas nuestras fuerzas, hasta que finalmente capten el mensaje de que cualquier cruce de las líneas rojas les costará muy caro”.
La semana pasada, el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció que nombrará a David Barnea como sustituto de Cohen. Barnea tiene 56 años, está casado y tiene cuatro hijos. Sirvió en la unidad de élite de las FDI Sayeret Matkal en la que el propio Netanyahu sirvió en su día. Tiene un máster en Dirección de Empresas por la Universidad de Nueva York y anteriormente fue director de alta dirección en un banco de inversión israelí.
Barnea fue reclutado por el Mossad en 1996, cuando realizó un curso de oficial. Posteriormente dirigió una unidad que dirigía agentes tanto en Israel como en el extranjero. Entre 2013 y 2019, sirvió en el departamento Tzomet del Mossad, y posteriormente ocupó el puesto de jefe adjunto del Mossad. Asumirá la dirección del Mossad a partir de principios de junio.
El miércoles pasado, Cohen asistió a una reunión de la Comisión de Inteligencia de la Knesset, encabezada por MK Orna Barvivai, en la que se le agradeció sus años de servicio. A su vez, Cohen agradeció a los miembros del comité su apoyo al término de cinco años y medio al frente del Mossad, y de 38 años en la organización durante los cuales tuvo el mérito de servir a su país.