Los jefes de cibernética de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) y las agencias de inteligencia de Israel e Inglaterra destacaron el jueves las amenazas de hackers de vanguardia en la era del coronavirus.
Un panel de videoconferencia patrocinado por Cybertech incluyó a la directora cibernética de la NSA, Anne Neuberger, al jefe de la Dirección Nacional de Cibernética de Israel (INCD), Yigal Unna, al director general del Centro Nacional de Seguridad Cibernética de Inglaterra, Ciaran Martin, y al general mayor (retirado) y director cibernético de la Universidad de Tel Aviv, Isaac Ben-Israel.
Unna informó que los malos actores “están interviniendo más en la ciberesfera porque es más difícil para ellos salir y crear problemas en el mundo físico”.
También examinó las tres categorías de Israel para definir la importancia y la amenaza a que se enfrentan las entidades públicas y privadas de infraestructura israelíes.
Unna reveló que la composición de esos tres niveles de amenaza cambia constantemente, y señaló que, en una encuesta reciente de los ministros del gobierno, su unidad fue informada de una amplia gama de nuevos sistemas de infraestructura que era necesario asegurar.
Neuberger destacó la importancia de “comprender lo que nuestros adversarios podrían tratar de lograr al interrumpir, degradar o utilizar el acceso a las redes para mantener la conciencia de cómo nuestro país proporciona servicios a los ciudadanos para influir en ello”.
Añadió que al mantenerse al tanto de estos temas, la NSA y otras agencias cibernéticas de los Estados Unidos pueden proporcionar “información oportuna, procesable y útil sobre las amenazas y asesoramiento técnico sobre lo que está en riesgo”.
Neuberger subrayó que, para el sector civil, el Departamento de Seguridad Nacional y el FBI, no la NSA, tomaron la iniciativa en la comunicación al público.
Afirmó que hay “una necesidad de que el público confíe en las agencias para tomar medidas sobre el consejo dado”.
Además, añadió que la confianza podía variar según el sector, especialmente en los sectores en que había un mayor volumen de operadores que podían estar menos familiarizados entre sí.
Asimismo, señaló que en los Estados Unidos se habían añadido las elecciones a la lista de categorías de infraestructura crítica.
En Israel, los organismos electorales reciben asistencia especial de la RIDC, pero no están bajo el mismo tipo de supervisión establecida.
Martin manifestó que realmente apreciaba las perspectivas israelíes en temas cibernéticos, señalando que en el 2015 vino a Israel para discutir la estrategia después de decidir que los anteriores planes británicos de defensa cibernética habían fracasado.
Si bien reconoció esos temas pasados, dijo que, en la era del coronavirus, cuando tantas personas están usando las redes en línea para su sustento y para conectarse con sus familiares y amigos, es fundamental “no hacer que la gente entre en pánico por la seguridad de la tecnología”.
Además, si bien estuvo de acuerdo con Unna en que algunos sindicatos de ciberdelincuentes se habían expandido mucho en la era de los coronavirus, en la que las vulnerabilidades y el uso de Internet se han ampliado exponencialmente, señaló que al menos uno de los principales sindicatos de ciberdelincuentes había caído un 47% debido a las limitaciones del mundo físico en sus actividades.
Ben Israel explicó que era clave que el alcance de la defensa cibernética al sector civil, “no debería ser parte de alguna organización de inteligencia o militar, porque la gente no confía realmente en sus servicios de inteligencia”.
Asimismo, resaltóque la ciberdefensa civil no debería estar a cargo de un organismo de aplicación de la ley, porque los civiles se abstienen de pedir ayuda por temor a que esos organismos los investiguen por alguna otra violación legal no relacionada.
Ben Israel hizo hincapié en que, en la era del coronavirus, comprender los problemas psicológicos a los que se enfrentaba la gente era tan importante para el éxito como hacer frente a los peligros biológicos del virus.