El Tribunal de Familia de Rishon Lezion determinó que los padres genéticos de una niña nacida en una clínica de fertilización in vitro en 2022 son sus tutores legales. La decisión ordena que la menor, actualmente bajo el cuidado de la mujer que la dio a luz y su pareja, sea entregada a sus padres biológicos.
Sophia, de más de dos años, ha sido criada hasta ahora por la pareja que llevó adelante un prolongado proceso legal para retener su custodia, pese a no tener vínculo genético con ella. El juez Oved Elias justificó el fallo basándose en la recomendación del psicólogo Daniel Gotlib, del Instituto Shinui, quien sugirió que la menor debía ser entregada a sus padres genéticos.
Una recomendación diferente, elaborada por dos trabajadores sociales, proponía que Sophia permaneciera con quienes la criaron. Sin embargo, el juez Elias descartó esta opinión y destacó que el proceso de transferencia de custodia debe realizarse bajo un plan estructurado supervisado por el departamento de Bienestar Social de Tel Aviv.
El error en el Centro Médico Assuta de Rishon Lezion se identificó cuando se detectaron problemas médicos en el feto. Al realizar pruebas, los resultados revelaron que la mujer embarazada y su pareja no eran los padres biológicos. Tras una revisión exhaustiva de los registros médicos, un comité externo concluyó que el intercambio de embriones ocurrió por una confusión en la sala de espera de la clínica, cuando ambas mujeres acudieron para el procedimiento en un orden incorrecto.
El Ministerio de Salud publicó en marzo de 2023 un informe que atribuyó el incidente a violaciones de protocolo relacionadas con una excesiva carga de trabajo en la clínica. A raíz del accidente, la pareja que cría a la menor presentó una demanda contra el centro médico por 10 millones de NIS (2,8 millones de dólares).
En medio de estas investigaciones, el Ministerio de Salud impuso restricciones al departamento de fertilidad del centro médico, reduciendo sus procedimientos anuales de 10,000 a 5,000. Asimismo, se detectaron fallas adicionales en el departamento de FIV del Centro Médico Assuta en Tel Aviv, lo que llevó a prohibir la admisión de nuevos pacientes.