Itzik Bonzel, padre del sargento Amit Bonzel, muerto en Gaza, reveló detalles de una reunión con Ronen Bar, director del ISA, posterior a una audiencia en la Corte Suprema, donde había exigido su salida del cargo.
El director del ISA convocó a la familia Bonzel a su oficina la semana pasada. Durante más de dos horas, la conversación avanzó con dificultad para ambas partes.
Bonzel señaló directamente a Bar como responsable. De haber actuado con diligencia la noche del 6 de octubre, su hijo y cientos de israelíes seguirían vivos. En su opinión, la reunión tuvo como propósito desactivar críticas, no ofrecer respuestas reales.
Desde el inicio, Bonzel dejó claro que no discutiría los hechos del 7 de octubre. Aseguró que ese análisis corresponde a una comisión de investigación encargada de enfrentar las preguntas clave.
Durante la conversación, exigió a Bar una renuncia inmediata. “Le pedí una fecha de salida”, dijo. Bar respondió que su partida se daría en semanas, máximo dos meses. Bonzel insistió: “Dame una fecha. Iré con Netanyahu, y tú liberarás al país del chantaje que busca declarar a Netanyahu incapacitado”.
Bonzel defendió sus palabras como una verdad incuestionable. Advirtió que la exposición pública del ISA representa un peligro para los civiles. A su juicio, esa institución debe trabajar sin interferencias ni preocupaciones sobre la reputación de su liderazgo.
Criticó a quienes se oponen a la destitución de los altos cargos del ISA. Afirmó que no buscan justicia por la masacre, sino un cambio de gobierno. Rechazó ese objetivo y subrayó su motivación personal: la silla vacía de Amit en cada cena de Pésaj.
No se hace ilusiones sobre la posibilidad de recuperar a su hijo. Su compromiso está con el futuro de Israel. Su promesa: impedir que otra invasión como la del 7 de octubre vuelva a repetirse dentro de medio siglo.