Una aeronave no identificada sobrevoló el sábado por la noche las cercanías de los kibutzim Or HaNer y Erez, al sur de Israel, generando una reacción inmediata de las Fuerzas de Defensa de Israel, cuerpos policiales y servicios de emergencia. El ejército activó protocolos de emergencia y pidió a los residentes que se refugiaran en espacios seguros.
Autoridades municipales de Sderot ordenaron cerrar la Ruta 34 entre los cruces Sderot-Nir Am y Yad Mordechai, mientras desplegaban efectivos en puntos clave de la ciudad. El equipo de respuesta local, compuesto por 28 personas, entró en estado de máxima alerta, en un contexto de alta tensión tras la reanudación de los combates en Gaza.
Después de treinta minutos de incertidumbre, las FDI confirmaron que el objeto sospechoso era un parapente tripulado por un civil israelí sin autorización previa. El ejército descartó cualquier amenaza y declaró superada la emergencia. Los Ferrocarriles de Israel, que habían interrumpido el servicio entre Sderot y Ashkelon debido al conflicto, anunciaron la reanudación del tránsito a las 5:00 de la mañana del domingo, tras consultar con responsables de seguridad.
Aunque el evento no representó peligro, reactivó los miedos colectivos en el sur del país, marcados por la masacre del 7 de octubre de 2023, cuando comandos de Hamás cruzaron la frontera utilizando parapentes motorizados. Durante aquel ataque, milicianos de las fuerzas Nukhba aterrizaron en diversos puntos y asesinaron a civiles en refugios y espacios públicos.
Uno de los episodios más documentados ocurrió en Netiv HaAsara, donde el comandante de Hamás Ahmed Fozi Nazer Muhammad Wadia lideró una ofensiva aérea que se saldó con una masacre dentro de un refugio. Imágenes confirmadas muestran a parapentistas aterrizando cerca de comunidades como Kfar Aza y Re’im, y atacando el festival de música Nova, que terminó con 1,200 muertos y 251 secuestrados.
Supervivientes del ataque describieron cómo, tras el lanzamiento de cohetes, divisaron figuras armadas descendiendo desde el cielo. Un habitante de Nir Oz relató que comenzaron a disparar tan pronto como tocaron tierra. Otro asistente al festival Nova mencionó que fueron perseguidos desde el aire mientras intentaban escapar.
Las tácticas utilizadas por Hamás ese día combinaron incursiones terrestres, marítimas y aéreas, sorprendiendo a las fuerzas israelíes cuya reacción se vio demorada en muchos sectores. Ese antecedente explica la magnitud de la respuesta provocada por el vuelo no autorizado del sábado.
La ausencia de coordinación por parte del parapentista civil con las autoridades militares provocó una movilización masiva que, si bien terminó en falsa alarma, demostró la sensibilidad que impera en la frontera con Gaza. Informes difundidos en redes sociales por usuarios como @danilerer confirmaron que el jefe de la fuerza aérea de Hamás, muerto en 2024, fue el encargado de planear las incursiones con parapentes y drones.
La rápida acción de los cuerpos de seguridad y la interrupción del transporte reflejan el estado de constante vigilancia que domina el sur de Israel. Este nuevo episodio, aunque inofensivo, reabrió las heridas de una población que aún vive bajo el impacto del ataque más sangriento de su historia reciente.