El jueves, la policía de Yafo detuvo a un palestino que, según dijo, confesó haber planeado un gran atentado terrorista en Tel Aviv con un rifle de fabricación casera y dos bombas.
En las inmediaciones de la torre del reloj de Jaffa, un famoso punto de referencia y atracción turística, el joven de 19 años, residente en Nablus y sin permiso de entrada en Israel, atrajo supuestamente las sospechas de los agentes de la unidad especial de reconocimiento policial Yasam.
Su arma submachine “Carlo” y dos bombas de tubo llenas de clavos condujeron a su detención. Ahora se desconoce su paradero, pero al parecer fue trasladado a la agencia de seguridad Shin Bet para ser interrogado.
Kobi Shabtai, el comisario de policía, dijo que el adolescente estaba tramando un gran atentado terrorista.
La policía afirma que el sospechoso les dijo durante su primer interrogatorio que se dirigía a Tel Aviv para cometer un atentado y que buscaba una zona concurrida para hacerlo.
Según informó Shabtai a los periodistas en el lugar de los hechos, “buscaba ejecutar un baño de sangre”.
Shabtai expresó su gratitud a los policías de Yasam que, al notar al sospechoso e interrogarlo, “evitaron un ataque terrorista mortal a gran escala”.
El sujeto fue detenido en abril por un intento similar de introducir un cuchillo en el Monte del Templo de Jerusalén. Tras un juicio, fue condenado a cuatro meses de cárcel.
La policía detuvo a otras personas que se encontraban en la zona, pero no quedó claro de inmediato si eran sospechosos de haber ayudado al presunto terrorista.
Las imágenes publicadas por la policía parecían mostrar un arma de fabricación casera en lugar de un Kalashnikov, que se había informado inicialmente como el arma elegida por el hombre.
El incidente se produjo en un momento en que las tensiones entre Israel y los palestinos, especialmente en Judea y Samaria, estaban aumentando.
Las incursiones nocturnas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Judea y Samaria han sido respondidas con disparos en numerosas ocasiones a lo largo de los últimos meses, cuando las fuerzas intentan detener a los terroristas palestinos.
Como respuesta a una serie de atentados que causaron 19 muertos entre mediados de marzo y principios de mayo, el ejército llevó a cabo una operación con el nombre en clave de Breakwater. Desde el inicio de la operación, más de 1.500 personas han sido detenidas como sospechosas.