El ministro de Asuntos de los Prisioneros de la Autoridad Palestina (AP), Qadri Abu Bakr, murió ayer sábado en una colisión automovilística en Samaria.
En una medida sin precedentes, se decidió cerrar al tráfico la autopista 5 para dar paso al cortejo fúnebre. Es la primera vez que se cierra el tráfico israelí para el funeral de un funcionario de la Autoridad Palestina. 50 policías y personal de seguridad de la AP escoltarán el cortejo fúnebre hasta el cementerio.
Los residentes de Samaria se vieron sorprendidos por el anuncio, que también supone un peligro para su seguridad, ya que se permite a la Autoridad Palestina celebrar un gran acontecimiento en la zona C, cerca de comunidades judías.
El presidente del Consejo Regional de Samaria, Yossi Dagan, se mostró indignado por la decisión de permitir un acto de este tipo en el territorio del consejo, y todo ello cuando el cuerpo de seguridad que lo gestionará es la policía palestina. Dagan señaló que Abu Bakr cumplió 17 años de cárcel por terrorismo, se exilió a Irak y regresó durante los Acuerdos de Oslo, y dedicó su vida a incitar y apoyar económicamente a terroristas.
“¡Esto es Oslo con esteroides! Es una vergüenza y una absoluta anarquía. Exijo saber quién dio la orden, quién puso en peligro la seguridad de los residentes en una carretera principal y quién tomó la decisión de dañar la soberanía del Estado de Israel en Samaria central. Tampoco entiendo por qué alguien como Abu Bakr recibe semejante trato. Se trata de un hombre que fue un terrorista que pasó 17 años en prisión, se exilió a Irak, fue devuelto en los Acuerdos de Oslo, y además en su último cargo fue el ministro en funciones para Asuntos Terroristas y Asesinos que se ocupaba de sus sueldos e incitaba al terrorismo”.