Fotografías exclusivas obtenidas por Arutz Sheva-Israel National News desde el interior de las celdas de los terroristas de Nukhba revelan sus constantes intentos de dañar a guardias penitenciarios, soldados y otro personal de seguridad, incluso dentro de los centros de reclusión.
Las imágenes muestran armas improvisadas fabricadas con objetos cotidianos —como cuchillos caseros, púas afiladas, tornillos y muelles metálicos— convertidos en herramientas mortales para ataques, secuestros o asesinatos durante momentos de descuido de la guardia.
Entre los objetos incautados había algunos aparentemente inofensivos, como imperdibles y cuerdas, que según los investigadores estaban diseñados para herir o estrangular a guardias y soldados. Estas armas improvisadas se descubrieron durante registros rutinarios realizados por el personal penitenciario. Muchos de los objetos estaban hechos con materiales de la infraestructura de las celdas: vallas, barras de hierro, armazones de camas y otros elementos.
Un combatiente de la unidad de élite del Servicio Penitenciario “Fuerza 100”, identificado solo como A., describió esta semana a Arutz Sheva la complejidad y el peligro de enfrentarse a los terroristas de Nukhba.
“Entro en una celda con entre cincuenta y cien asesinos de Nukhba, las personas más peligrosas que uno pueda imaginar”, dijo. “Solo nuestro equipo tiene autorización para entrar; normalmente somos entre ocho y diez combatientes, sin armas de fuego. Entramos con escudos, porras y pistolas eléctricas para enfrentar a decenas de terroristas, cada uno una amenaza potencial. En muchos casos encontramos armas improvisadas hechas con muelles de cama o tornillos que desmontaron. Sabemos que entramos en una situación peligrosa, por eso recibimos un entrenamiento intensivo para actuar con rapidez y eficacia”.
A. subrayó que la misión principal de la unidad es proteger vidas: “Las personas en estas celdas son extremadamente peligrosas. Cuando nuestro equipo de intervención entra, nuestra única preocupación es salvar vidas: proteger a los guardias, especialmente a las mujeres oficiales, y localizar las armas improvisadas que esconden estos terroristas. Cada acción que realizamos busca preservar la vida humana: la de nuestro equipo y la de todos los que nos rodean”.
Añadió que la Fuerza 100 se despliega solo en casos extremos: “Solo nos llaman en situaciones críticas, como incidentes de acoso sexual contra una soldado o cuando hay sospechas fundadas de que un prisionero oculta o ha obtenido un arma”.
Las armas improvisadas fueron documentadas por personal de seguridad que trabajaba dentro de una de las instalaciones y luego fueron entregadas al activista social Ran Karmi Buzaglo, quien las proporcionó a Israel National News.
