Saleh al-Arouri, el líder adjunto de Hamás en el extranjero, fue asesinado en un ataque que, según informa al-Mayadeen, vinculado a Hezbolá, habría sido llevado a cabo por Israel en el barrio de Dahiyeh, en Beirut.
Hasta el momento, las autoridades israelíes no han emitido comentarios sobre este presunto ataque. Al-Arouri, de 57 años y residente en Líbano, ocupaba el cargo de jefe adjunto de la oficina política del grupo terrorista y estaba considerado el líder de facto del ala militar de Hamás en Judea y Samaria.
Saleh al-Arouri fue el jefe adjunto de la oficina política de Hamás y líder de facto de su ala militar en Judea y Samaria. Coordinó operaciones militares, promoviendo actividades terroristas y gestionando la transferencia de fondos para atentados.
En Líbano, al-Arouri estableció vínculos estrechos con Irán y Hezbolá. Colaboró en la creación de una fuerza local de Hamás en campos de refugiados libaneses, entrenada militarmente y equipada con cohetes.
Desde Beirut, al-Arouri impulsó operaciones militares de Hamás en Judea y Samaria y organizó la transferencia de fondos para atentados terroristas contra Israel, demostrando su influencia estratégica y operativa.
La muerte de al-Arouri, siendo una figura clave en Hamás, probablemente debilitó la coordinación de operaciones en Judea y Samaria y afectó las relaciones de Hamás con aliados como Irán y Hezbolá.
Al-Arouri jugó un papel crucial en fortalecer los lazos entre Hamás y Hezbolá, facilitando la cooperación y el apoyo mutuo, especialmente en el entrenamiento y armamento de fuerzas en Líbano.
Al-Arouri fue parte del proceso de negociación para el intercambio de prisioneros que resultó en la liberación de Gilad Shalit a cambio de más de 1.000 presos palestinos, mostrando su influencia en decisiones estratégicas de Hamás.
La estrategia de al-Arouri en Judea y Samaria se centraba en impulsar actividades terroristas y organizar la financiación de atentados, fortaleciendo así la presencia y el impacto de Hamás en la región.
La estrecha relación de al-Arouri con Hezbolá intensificó la colaboración entre ambos grupos, afectando la dinámica regional y aumentando la tensión en la frontera entre Israel y Líbano.
La muerte de al-Arouri representa un golpe significativo para Hamás, afectando tanto su liderazgo como sus operaciones estratégicas en Judea y Samaria y sus relaciones con aliados clave.
El legado de al-Arouri en Hamás se refleja en su influencia estratégica y operativa, especialmente en la coordinación de operaciones militares y en la consolidación de alianzas con grupos como Hezbolá e Irán.