Las cuatro jóvenes soldados demostraron fortaleza frente a Hamás, resistiendo la humillación durante el evento organizado para su liberación.
Los detalles del evento de liberación en Gaza
Cuatro jóvenes soldados de vigilancia de las FDI, Karina Ariev, Daniella Gilboa, Naama Levy y Liri Albag, liberadas el sábado, se presentaron con calma y confianza en un escenario de Gaza. Vestidas con uniformes cuasi militares, caminaron hacia la plaza, saludando a la multitud de hombres armados de Hamás y residentes locales.
Según Kan TV News, una de las soldados afirmó que demostraron en el escenario que no se dejarían intimidar. «Somos más fuertes que ellos», dijo. Por su parte, los jefes de seguridad de Israel observaron la entrega desde un centro de comando y reconocieron que el comportamiento confiado de las jóvenes frustró el intento de Hamás de convertir la liberación en un espectáculo propagandístico.
El noticiero del Canal 12 informó que las acciones de las soldados transformaron una posible humillación en una victoria simbólica.
Las experiencias durante el cautiverio
Durante los 477 días que permanecieron secuestradas, las jóvenes enfrentaron condiciones extremas. Una de ellas fue retenida sola en un túnel, en oscuridad constante y con dificultades para respirar. Según declararon, fueron trasladadas frecuentemente dentro de Gaza, incluso a la ciudad, donde algunas tuvieron contacto con altos mandos de Hamás.
Hubo momentos en los que no recibieron comida, y en ocasiones fueron obligadas a cocinar y limpiar para los terroristas, mientras se les negaba alimento. Algunas de ellas aprendieron árabe durante su cautiverio y, tras su liberación, bromearon al respecto con los soldados de las FDI.
Datos clave sobre su experiencia
- Una de ellas lideró al grupo y habló con los captores en su nombre.
- Durante su cautiverio, Naama Levy, triatleta, realizó ejercicios junto a otro rehén para mantenerse fuerte física y mentalmente.
- Las jóvenes escuchaban la radio y seguían las protestas de sus familias por su liberación.
- Algunas vivieron en casas de civiles de Gaza y, en ocasiones, jugaron con los hijos de sus captores.
- Varias enfrentaron maltrato, condiciones insalubres y la falta de atención médica, incluso por heridas sufridas durante el secuestro.
Impacto psicológico y social del cautiverio
Las rehenes contaron que durante su tiempo de detención mantenían el ánimo gracias al apoyo mutuo. Algunas escucharon mensajes de sus familias en la radio, como deseos de cumpleaños, lo que les proporcionó fortaleza. Además, siguieron la cobertura de las protestas en su favor, incluso bromeando sobre las fotos usadas en los carteles.
A pesar de la adversidad, el grupo intentó mantener cierta normalidad. Sin embargo, los captores les impedían llorar juntas o tomarse de las manos, llamándolas constantemente «los soldados» de forma despectiva.
Las condiciones de detención en Gaza
Según los informes, algunas rehenes fueron retenidas en viviendas civiles. Aunque interactuaban con los niños de sus captores, denunciaron haber sido tratadas de forma “escandalosa”. La falta de duchas, condiciones sanitarias mínimas y atención médica marcaron su cautiverio, mostrando las duras condiciones a las que fueron sometidas.
La fortaleza que demostraron durante su tiempo en Gaza y al momento de su liberación subraya el valor con el que enfrentaron la adversidad.