Nehorai Barazani, combatiente de reserva de las FDI de 33 años y originario de Jerusalén, fue encontrado sin vida en su domicilio el jueves. Sus familiares afirman que no se trató de un suicidio, sino de un Muerte por insuficiencia cardíaca que sorprendió a todos.
Su hermana menor, Orian, contó que después de la Masacre del 7 de octubre, su hermano prestó servicio durante pocos días porque “entendía que sufría trastorno de estrés postraumático”. Aclaró además: “Él no se quitó la vida. Fue un fallo cardíaco. Su corazón no lo soportaba”.
Barazani nació y se formó en Jerusalén, donde estudió en el instituto Givat Gonen. Mantenía una estrecha amistad con Roei Shalev, sobreviviente del Festival Nova, quien se suicidó dos años después de los ataques.
En diálogo con Ynet, Orian lo definió como un hombre sensible, con metas claras y una profunda vocación de servicio. Explicó: “Nehorai no dejó ninguna carta ni otras señales de despedida. Hay muchos rumores, y hay que decir que no se suicidó. La policía tampoco sospechó ni por un segundo que se suicidara. Fue un fallo cardíaco, y eso también fue lo que se determinó.”
Según Orian, su hermano acostumbraba guardar ropa en su vehículo para entregarla a personas necesitadas. “La gente viene y nos dice: ‘Nos dio comida para Shabat’, ‘Me salvó la vida.’ Tenía buen corazón.” Añadió que evitaba hablar de su experiencia militar: “Durante muchos años, se negó a hablar y abrirse sobre lo que pasó. Siempre decía: ‘Los soldados de la Unidad Duvdevan no lloran.’ Debo señalar que sufría de TEPT, pero quería vivir. Quería mostrar a los demás soldados que, si estaban en su situación, no debían suicidarse.”
La familia recibió la noticia el jueves por la tarde. Orian cree que un tratamiento adecuado habría cambiado su destino: “Sé que querría decirle a otros soldados que buscaran ayuda si fuera necesario. Para él, ya es demasiado tarde; tenía demasiado equipaje. No hay nada más doloroso que el hecho de que todo se detuvo de repente para una persona que tenía aspiraciones y sueños.”
