Las calles de Tel Aviv estaban extrañamente tranquilas y casi desiertas en las primeras horas de la mañana, mientras decenas de miles de israelíes se reunían en la Plaza de los Rehenes o frente a sus pantallas para ver juntos la liberación de los veinte cautivos que seguían con vida en Gaza.
Otros permanecían atentos a sus televisores, computadoras o teléfonos, y apenas quedaban rastros del movimiento y el bullicio que suelen caracterizar las concurridas calles de Tel Aviv en la víspera de la festividad de Simjat Torá, un día laboral corto.
En las calles y callejones del habitualmente animado mercado de alimentos Carmel de Tel Aviv y del cercano mercado de ropa al aire libre Bezalel, algunos comerciantes optaron por cerrar sus locales o abrir más tarde. Quienes abrieron temprano permanecían atentos a sus teléfonos, mientras otros escuchaban la radio a todo volumen.
Alrededor del mediodía, después de la transmisión de las imágenes en que se veía a todos los rehenes israelíes con vida siendo liberados por Hamás y entregados a las tropas de las FDI, muchas tiendas y cafeterías semivacías del centro de Tel Aviv comenzaron a recuperar su actividad.
“Después de ver la liberación de nuestros rehenes, notamos que la gente vuelve a salir de sus casas para hacer compras y diligencias antes del inicio de Simjat Torá”, comenta una vendedora de la pastelería boutique Gabby’s Goodies, en el Mercado Carmel. “Permaneceremos abiertos hasta bien entrada la tarde para atender a todos según sea necesario”.
