Tres niños han muerto de sarampión esta semana, en tanto que un brote de varios meses continúa su expansión por Israel. Todas las víctimas de la enfermedad esta semana son menores de dos años, y las tres murieron en Jerusalén, según funcionarios del hospital y el Ministerio de Salud. Se anunció la primera muerte el lunes, otra murió el miércoles por la noche y la tercera murió el jueves por la mañana.
En total, cinco niños, todos menores de dos años y medio, han muerto de sarampión desde agosto. Estas constituyen las primeras muertes por sarampión en Israel desde que un brote anterior azotó el país en 2018-2019. Las muertes en ese brote de sarampión fueron las primeras que Israel había visto desde 2003. El brote actual, que comenzó en mayo, permanece activo en todo el país.
Se han registrado casos de sarampión en las ciudades centrales de Jerusalén, Beit Shemesh y Bnei Brak, las ciudades norteñas de Harish y Nof HaGalil, las ciudades sureñas de Ashdod y Kiryat Gat, y el asentamiento cisjordano de Modi’in Illit. Hasta el jueves, 21 pacientes con sarampión permanecen hospitalizados; la mayoría de ellos son niños de 6 años o menos que no recibieron la vacuna contra el sarampión. De estos, seis niños se encuentran en cuidados intensivos.
A finales de agosto, el Ministerio de Salud informó que 770 personas en Israel habían recibido el diagnóstico de sarampión en los últimos tres meses. Varias personas con sarampión, o que habían estado expuestas a la enfermedad, llegaron a Israel en vuelos desde el extranjero.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa y potencialmente mortal. Cuando surgen los síntomas, resulta importante informar a los equipos médicos para que permitan el tratamiento. El sarampión se previene mediante una vacuna eficaz y segura. Los médicos han instado a que se intensifiquen las campañas de vacunación en respuesta al brote actual.