El domingo por la tarde, las tropas israelíes dispararon y mataron a un palestino cuando intentaba cruzar la valla de seguridad junto a la ciudad de Qalqilya.
Funcionarios sanitarios palestinos identificaron al fallecido como Nabil Ahmad Salim Ghanim, un palestino de la ciudad de Nablus, al norte de Cisjordania.
Ghanim fue trasladado al Centro Médico Meir de Kfar Saba, donde fue declarado muerto, según confirmó un portavoz del hospital.
Según el ejército israelí, los soldados israelíes dispararon contra un palestino que intentaba entrar en Israel a través de la barrera de seguridad que atraviesa Judea y Samaria.
“El sospechoso dañó la valla de seguridad… en un intento de cruzar a territorio israelí. Los soldados abrieron fuego. Se identificó un impacto”, dijo un portavoz del ejército israelí.
El ejército israelí no respondió a una consulta sobre si Ghanim estaba armado.
La primera sección de la barrera de Judea y Samaria se construyó en 2003, cuando Israel se enfrentaba a una ola de brutales ataques terroristas palestinos. Inmediatamente fue objeto de impugnaciones judiciales por parte de grupos de derechos humanos.
Los israelíes han debatido la eficacia de la valla de seguridad de Judea y Samaria en los últimos meses, después de que una serie de mortíferos atentados terroristas palestinos golpearan ciudades israelíes y mataran a 19 personas. La mayoría de los autores habían cruzado ilegalmente a Israel, aparentemente a través de huecos en la valla.
En respuesta, el ejército israelí desplegó unidades adicionales a lo largo de la barrera, que estaba previsto que se extendiera a lo largo de unas 440 millas. Sin embargo, solo se completó el 62 % de la valla.
“Es por la ansiedad del público”, dijo el general de división retirado Gershon HaCohen a la emisora pública Kan en abril, refiriéndose al reciente despliegue. “El ejército ni siquiera tiene el número de tropas necesarias para gestionar la frontera”.
Se calcula que decenas de miles de palestinos cruzan ilegalmente la barrera de seguridad para trabajar en Israel. Funcionarios israelíes han dicho que el ejército a menudo hace la vista gorda ante esta práctica, que según ellos ayuda a mantener a flote la desvencijada economía de Judea y Samaria y a mantener la estabilidad en la zona.
Los funcionarios de seguridad israelíes han prometido arreglar los agujeros de la barrera. La mejora costará cientos de millones de shekels y podría enfrentarse a los tribunales, dependiendo del trazado de las secciones inacabadas.