En la ciudad meridional de Beersheba, un misil alcanza una casa, causando daños, pero no víctimas.
Debido a las reformas, no había nadie en la casa cuando cayó el cohete.
En un comunicado, la policía informó de que se habían enviado zapadores al lugar para recuperar los restos del cohete “a fin de eliminar un peligro adicional para el público”, al tiempo que advertía a los israelíes que se mantuvieran alejados.