Unos 150 haredim se presentaron en la oficina de reclutamiento de Tel Hashomer en medio de una movilización sin precedentes de las Fuerzas de Defensa de Israel. Mayormente, estos voluntarios pertenecen a la corriente lituana en Israel y se sitúan en el rango de edades de 26 a 39 años.
El pasado sábado, el contralmirante Hagari, vocero de las FDI, informó que desde la masacre del 7 de octubre perpetrada por el grupo terrorista Hamás, han recibido más de 2.000 solicitudes de haredim.
Este grupo de solicitantes incluye a mujeres haredí y estudiantes varones de yeshiva, quienes, en general, están exentos del servicio militar debido a un acuerdo de statu quo. Sin embargo, en 2017, el Tribunal Superior de Justicia anuló esta exención legal y ordenó al gobierno promulgar una nueva ley de reclutamiento.
A pesar de esto, el gobierno ha mantenido una política de no conscripción y los líderes políticos haredíes han intentado aprobar legislación que refuerce estas exenciones.
Para muchos haredim, el estudio de la Torá es visto como una forma de proteger al pueblo judío y al Estado, y consideran que el servicio militar comprometería sus estrictos modos de vida.
Por otro lado, dentro de la comunidad judía izquierdista, que en su mayoría es secular o atea, a menudo se percibe esta situación como una evasión del servicio militar por parte de un grupo que se niega a integrarse en la sociedad mayoritaria.