Los rehenes liberados Ziv y Gal Berman regresan a casa acompañados por una gran multitud de familiares, amigos, vecinos y simpatizantes, mientras se dirigen al kibutz Beit Guvrin, la comunidad donde su familia se ha reubicado temporalmente y donde vive su tía, Maccabit Meyer, figura destacada en la lucha por traerlos de vuelta.
Las personas presentes portan banderas israelíes y banderas amarillas de los rehenes, además de pancartas del Maccabi Tel Aviv, el equipo de fútbol favorito de los hermanos.
Los gemelos se asoman desde el coche que avanza lentamente por la calle, lanzan besos y saludan a la multitud, visiblemente conmovidos por la atención.
Cantaron junto a la gente, expresaron su agradecimiento y abrazaron y besaron a quienes conocían. “¡Están locos!”, exclamó Gal. “No tenemos palabras”.
Sostuvieron su propio cartel de rehenes cuando se lo entregaron, posaron para fotografías y evitaron la mayoría de las preguntas que les hicieron.
“¡Te amamos, te amamos!”, dijo Ziv.
Se unieron para cantar “Am Yisrael Chai”, el himno del Maccabi Tel Aviv y otras canciones hebreas de fe y esperanza.