El número de muertos por los recientes bombardeos israelíes en Gaza ascendió a 59, según Al Jazeera, que cita a médicos locales que responden a Hamás. Además, alrededor de 150 personas resultaron heridas en distintos puntos de la Franja.
Entre las víctimas se encuentran varios niños, de acuerdo con fuentes médicas bajo control de Hamás. Los ataques impactaron tres viviendas en Deir Al-Balah, un edificio en la ciudad de Gaza y otros objetivos en Jan Yunis y Rafah, según testimonios de residentes y médicos.
Un alto líder de Hamás informó a Reuters que Israel decidió unilateralmente poner fin al alto el fuego en Gaza. En un comunicado, el grupo terrorista denunció que la reanudación de los ataques por orden del gobierno de Benjamin Netanyahu pone en riesgo la vida de los rehenes.
Hamás responsabilizó a Netanyahu de la ruptura del acuerdo y pidió a los mediadores—Estados Unidos, Qatar y Egipto—que intervengan. Además, instó a los países árabes y musulmanes a respaldar la resistencia palestina para poner fin al bloqueo impuesto sobre Gaza. También solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU convocar una reunión urgente para exigir el cese de la ofensiva israelí.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, advirtió que si Hamás no libera a los 59 rehenes aún en cautiverio, “las puertas del infierno se abrirán en Gaza”. Su declaración llegó tras la reanudación de los bombardeos por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), poniendo fin a casi tres meses de tregua.
Antes de lanzar la ofensiva, Israel notificó a la administración de Donald Trump, según reveló Axios. En paralelo, el Comando del Frente Interno de las FDI ordenó la suspensión de clases en las localidades cercanas a Gaza y mantuvo restricciones en Neguev Occidental y Laquis Occidental.
La decisión de retomar los ataques fue tomada por Netanyahu y Katz tras la negativa de Hamás a liberar a los rehenes, según un comunicado oficial. Aunque no se ha anunciado formalmente el fin del alto el fuego establecido el 19 de enero, la reactivación de la ofensiva indica que la tregua ha concluido. Un mensaje conjunto de las FDI y el Shin Bet confirmó que los ataques contra objetivos de Hamás continuarán y que se divulgarán más detalles en breve.
Netanyahu responsabilizó a Hamás por el fracaso de las negociaciones, asegurando que la organización rechazó todas las propuestas de mediación, incluidas las del enviado estadounidense Steve Witkoff. Mientras Hamás exige la retirada israelí de Gaza y el fin definitivo de la guerra para liberar a los rehenes, el gobierno de Israel ha reiterado que la guerra solo terminará con la erradicación total de la organización terrorista.
Katz defendió la ofensiva, señalando que la negativa de Hamás a liberar a los secuestrados y sus amenazas contra Israel han forzado la reanudación de los ataques. Prometió que la respuesta militar será contundente y aseguró que el gobierno israelí no detendrá la lucha hasta rescatar a todos los rehenes y alcanzar sus objetivos de guerra.
Por su parte, Hamás insiste en que Israel debe cumplir con los términos originales del acuerdo, que incluían la retirada total de sus tropas de Gaza y el fin de la guerra a cambio de la liberación de los rehenes. Aunque Israel aceptó esos términos en enero, Netanyahu ha reafirmado que la guerra continuará hasta que Hamás pierda toda capacidad de operar.
Debido a esta postura, Israel se ha negado a discutir la segunda fase del acuerdo, prevista para el 3 de febrero. No obstante, la tregua se prolongó por dos semanas y media mientras los mediadores intentaban negociar una nueva extensión.
Para destrabar las conversaciones, el enviado estadounidense Steve Witkoff propuso la semana pasada prolongar la primera fase del acuerdo, lo que implicaría la liberación escalonada de cinco rehenes vivos. Sin embargo, el domingo calificó la respuesta de Hamás como un “fracaso” y advirtió sobre posibles consecuencias si el grupo no modificaba su postura.