El movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) condenó el miércoles el documental No Other Land, una coproducción israelí-palestina que obtuvo el Oscar al mejor largometraje documental. A pesar de su dura crítica a Israel, el grupo consideró que la película viola sus principios al incluir cineastas israelíes que, según argumenta, no apoyan plenamente los derechos palestinos.
La película expone la demolición de Masafer Yatta, una comunidad palestina en Judea y Samaria, dentro de un área de entrenamiento militar israelí. Dirigida por un equipo mixto de israelíes y palestinos, la obra ha generado reacciones encontradas, con funcionarios israelíes criticando su mensaje y ahora con BDS rechazándola por razones ideológicas.
La Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), una rama de BDS, emitió un comunicado en el que argumenta que la cinta incumple sus normas de “anti-normalización” al incluir colaboradores israelíes que no han respaldado explícitamente la totalidad de los derechos palestinos. Además, la declaración de los cineastas, en la que acusan a Israel de apartheid y genocidio, fue calificada por el movimiento como insuficiente.
PACBI insistió en que los palestinos no necesitan validación de israelíes para contar su propia historia y explicó que no había emitido antes una postura porque la película no era prioritaria hasta que ganó notoriedad con el Oscar. Tras la victoria, se sintió obligada a pronunciarse.
El reconocimiento del documental en los premios Oscar se convirtió en una plataforma para sus directores, quienes en su discurso en Los Ángeles pidieron derechos para los palestinos y una solución negociada al conflicto. Sin embargo, el rechazo de BDS evidencia las tensiones dentro del activismo palestino sobre el papel de la colaboración con israelíes en la lucha contra la ocupación.
Masafer Yatta ha sido un punto de conflicto durante décadas. En 1979, el ejército israelí declaró la zona como área de tiro militar y desde entonces ha intentado desalojar a las comunidades palestinas que residen allí. Mientras los pobladores aseguran que sus asentamientos existen desde antes de la designación militar, las autoridades israelíes afirman que imágenes satelitales no muestran presencia residencial antes de la década de 1990.
El movimiento BDS promueve el boicot, la desinversión y las sanciones contra instituciones israelíes, alegando que busca la independencia palestina por medios pacíficos. No obstante, Israel y sus aliados lo acusan de buscar la eliminación del Estado judío y lo han calificado de antisemita y discriminatorio.