La agencia de espionaje israelí Mossad y la Casa Blanca entregaron a Doha garantías de no ejecutar ataques contra figuras de Hamás en Qatar, según indicó el columnista del Washington Post David Ignatius, citando a un funcionario qatarí. Las promesas se dieron después de que el jefe de las FDI, Eyal Zamir, afirmara el 31 de agosto que “la mayor parte del liderazgo gobernante de Hamás que queda está en el extranjero, y también los alcanzaremos”.
Ignatius señaló que las garantías se emitieron el mes pasado, pocas horas después de los comentarios de Zamir. Un funcionario qatarí calificó de “sorpresa total” el ataque del martes, en referencia a operaciones recientes. Las declaraciones sobre la acción mencionaron la participación del ejército y del Shin Bet, pero omitieron al Mossad, que normalmente intervendría en operaciones delicadas contra líderes terroristas fuera de Israel.
El jefe del Mossad, David Barnea, intervino en conversaciones indirectas con Hamás para poner fin a la guerra en Gaza y lograr la liberación de rehenes. Estas negociaciones contaron con la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, y su papel incluyó coordinación estratégica y diplomática en la gestión de los contactos con la organización.