Un alto funcionario árabe con conocimiento de las discusiones sobre la liberación de rehenes revela que las negociaciones no han registrado progresos significativos. Según esta fuente, el primer ministro Benjamin Netanyahu proyecta un optimismo público que busca presionar a los legisladores haredíes para que eviten apoyar la disolución de la coalición en la votación programada para mañana.
La fuente árabe destaca que persisten profundas diferencias sobre la posibilidad de que un acuerdo derive en un cese permanente de las hostilidades. “Netanyahu no está dispuesto a detener la guerra”, afirma el funcionario, mientras que Hamás exige garantías de los mediadores de que una tregua temporal evolucionará hacia una paz definitiva antes de liberar a los rehenes.
El funcionario sostiene que las declaraciones públicas de Netanyahu responden más a maniobras de política interna que a avances concretos en las negociaciones. “Las palabras optimistas parecen destinadas a influir en el escenario político local”, asegura.
Sobre la posibilidad de un acuerdo inminente, el funcionario árabe indica que un avance es factible, pero requiere que una de las partes ceda en sus posturas históricas. “Hasta ahora, ninguna de las dos ha mostrado disposición a hacerlo”, concluye.